"¡Niños!, aprendamos del éxito del profesor Hwang." Fraude científico Hwang Woo-suk es tristemente conocido por ser el protagonista de uno de los mayores fraudes científicos de años recientes: falsificar sus resultados acerca de la clonación de embriones humanos y células madre. Recientemente, un tribunal coreano lo ha condenado por malversación de fondos y adquisición ilegal de óvulos humanos. Sin embargo, la pena a dos años de cárcel que a cualquiera de nosotros nos podría parecer aceptable, quizá no se vea del mismo modo en su país de origen. Al menos, no por la sociedad civil. La sociedad coreana está muy concienciada en cuanto a la necesidad de conseguir el liderazgo científico y tecnológico, por medio del trabajo constante, hasta el punto que científicos destacados, como lo fue Hwang Woo-suk en su momento, son objeto de idolatría entre los jóvenes, y se llevan con orgullo camisetas con sus efigies del mismo modo que aquí se hace con las del futbolista de turno . El engaño de este héroe nacional, por tanto, ha supuesto un duro golpe para la población coreana.   En nuestra monarquía de partidos, jamás podremos tener una situación de este tipo. Es imposible que con la apatía de la sociedad civil por la ciencia, unida al desinterés e incapacidad de la clase política para invertir en una actividad a largo plazo (que no se traduce en beneficio electoral en cuatro años), se produzca jamás un fraude científico de esa magnitud. A pesar de los buenos científicos que ha generado este país (y que en su mayoría tienen que emigrar fuera), no hay dotaciones ni un apoyo institucional que hicieran creíbles unos resultados de ese tipo. Ni tampoco sería rentable. Un individuo de gran ambición y con deseo de medrar económica y públicamente jamás se dedicaría en nuestro país a la investigación. Se introduciría entre la clase económica dirigente o recurriría a las instituciones políticas corruptas desde la base.   No quiero ser malinterpretado. No deseo que aparezcan individuos como Hwang Woo-suk entre nuestros investigadores. Sólo trato de señalar que ese tipo de conducta no se podría dar aquí porque la ciencia en España no es rentable. Ni siquiera para los corruptos. El crimen científico no compensa, y en España menos.