Steve took it Fase terminal La desidia política fruto de una realidad institucional oligárquica tiñe la inacción de los partidos políticos instalados en el Estado. No existe oposición ni lealtad en quien se engalana con perfumes y trajes, preludio de su destino, para no oler al cadáver, por la gracia auto otorgada de la ley electoral. No es posible que la realidad inquiete al autologos detentador de la versión de conservación de lo ficticio, incapaz de asir una antipatriótica realidad que quiebra su fantasía ideológica, creyéndose libre, siendo un hombre ridículo. La regresión social hacia los primitivos desastres naturales, se hace consustancial en una sociedad enajenada del control al poder, sin capacidad para organizarse políticamente frente a una tecnocracia mercenaria, culpabilizada por los desastres de la razón de Estado europea. La República está ausente. La República llora. La Monarquía de las Autonomías es disfuncional. Incapaz de comprender las causas financieras de una crisis económica, se victimiza en su viaje sin retorno al centro del provincianismo nacionalista y la servidumbre financiera. Sin posibilidad de identificarse con lo universal, la rapiña muerde en espiral cobrándose cada vez más vidas como en la fase terminal de cualquier régimen basado en la ficción institucional, racial, humanista. La moral perdida justifica el endeudamiento irreversible para mantener la caldera ardiente de los barones y reyes autonómicos. La deuda otorga grilletes y mordazas, precariedad y exclusión, los generales del poder. Como un animal mortalmente herido, sangrante, España deja un rastro propicio para la especulación financiera. La quiebra de España reportará 14.000 millones de euros a quien posea sus CDS (Credit Default Swaps). Quien compra su deuda la acerca a su quiebra, doble ganancia. Entramos en la fase terminal, sin retorno, donde el esfuerzo productivo con grilletes europeos es incapaz de atajar una deuda con blasón monárquico. Un buque a la deriva esperando a ser devorado por los modernos privateers financieros con patente de corso.