La Unión Europea ha exigido a España subir el IVA, más ajuste autonómico y retrasar la edad de jubilación como condiciones para demorar un año más los plazos de cumplimiento del déficit, pero su economía está exhausta y en algunos sectores con claros síntomas de quiebra sistémica, según se analizó en los informativos de Radio Libertad Constituyente.
El abogado Antonio García Trevijano indicó que los males económicos españoles proceden del ingreso en el Mercado Común Europeo, que destruyó el tejido industrial, agrícola y pesquero español, reduciendo su economía al sector servicios. “Las autoridades españolas lo único que deseaban era su homologación como democracia, sabiendo que carecían de ella. Pagaron un alto precio en materia arancelaria y aceptaron el desmantelamiento de sus sectores productivos. Hoy estamos pagando esa factura”.
Trevijano señaló que ahora España no puede pagar la cuota para poder seguir siendo socio del Club Europeo, entre otras cosas porque no tiene dinero ni nadie que se lo preste. Las autonomías exigen un funcionamiento muy caro y una eficiencia económica de la que carece España, algo que él ya previó en 1977. Entonces, vaticinó que el sistema sólo podría mantenerse con una alta dosis de corrupción que maquillara los balances y los resultados ante la opinión pública, pues se carecía igualmente de división de poderes que garantizase un control de unos organismos del Estado sobre otros y una sociedad civil fuerte que fiscalizase los desmanes. La actual Constitución consagró la chapuza de una representatividad en las Cortes que dependía de los partidos, no de los distritos unipersonales, y además se presentó a sus autores como “padres de la patria”, cuando el texto de la carta magna hace sonrojar a cualquier constitucionalista occidental con una mínima base teórica. Hoy pagamos el precio de todo aquel maquillaje que teóricamente garantizaba la convivencia -esa fue la excusa- pero que perpetuaba en realidad las misma estructuras económicas, políticas y mediáticas del régimen de Franco.
