“España no levantará cabeza hasta que tenga una nueva Constitución, es necesario un período de libertad constituyente”, sugirió Trevijano en Radio Libertad Constituyente. No se trata de listas cerradas o abiertas, sería un nuevo error. La clave es garantizar el acceso de la sociedad civil al sistema de representación. Y eso el criterio de proporcionalidad lo prohíbe, debe elegirse un diputado por distrito sin lista alguna, y la circunscripción no mayor de 100.000 habitantes, para que los vecinos puedan conocerlo, sepan su condición moral. Serían 350 diputados como ahora, pero elegidos de manera uninominal en cada distrito por los 35 millones de electores españoles mayores de 18 años. No costaría ni un solo euro porque las campañas serías gratuitas en los medios de comunicación y los partidos podrían presentar a sus candidatos o estos simpatizar con los partidos. Y en comicios separados se elegiría directamente al presidente en una sola circunscripción nacional.
“O se cumplen estos principios al pie de la letra o no hay nada que hacer, pues se refieren al único método democrático para la toma de decisiones políticas”, dijo el letrado, que ha escrito numerosos libros sobre la cuestión.
“Sobre el contenido de la política ya decidirían luego los representantes, que estarán más acertados o menos, pero que se renuevan en función de su eficacia por las urnas. Mayorías contra minorías. La ruina de España procede de su ignorancia de la política. Por eso funciona como una dictadura por turno de partido gobernante con una oligarquía económica y sindical. El único que ha renunciado a ser financiado por el Estado es USO, alternativa al duopolio estatal de las dos centrales, CCOO y UGT”.