“Emergencia económica”, “el bono español y la prima de riesgo marcan máximos en otra jornada negra”, “De Guindos declara que la situación no se puede mantener”. ¿Qué le ocurre a España que a pesar de que EE.UU y la UE hayan convencido a Merkel para que se ablande y prometa 100.000 millones a España, ésta se hunde lenta e inexorablemente?
Radio Libertad Constituyente analizó en sus informativos la cuestión y llegó a la conclusión de que lo raro sería lo contrario, según el abogado Trevijano. España se hunde, pero ya desde hoy 15 de junio se inaugura en la Administración española el nuevo horario de verano: la mayor parte de los funcionarios de ministerios, autonomías, universidades y demás entes públicos sólo trabajan de 9 a 13.00 horas. La mayor parte de España trabaja a destajo a mitad de precio, mientras una buena parte de la capa administrativa pública reduce jornada haciendo pagar su lastre de imagen a la que labora con tenacidad y discreción para suplir con su sudor y esfuerzo los abusos de la tan popular holgazanería. El día en que de verdad se fiche en todas las instituciones, desde la Casa Real a la Universidad, lo mismo los profesores a tiempo completo que los diputados o senadores (los viernes los tienen libres en fines de semana largos, como los que disfruta el juez Carlos Dívar), España se colapsaría. Los sueldos públicos no son transparentes ni accesibles, tampoco los contratos ni los presupuestos. El mercado, lógicamente, no se fía de España y está convencido de que dilapidará los 100.000 millones que se le presten porque su economía no funciona. Unas élites procedentes de ancestrales castas la han estrangulado con sus abusos y canonjías, sueldos, blindajes e indemnizaciones. Salvo Zara-Inditex, ya no hay gran empresa española que pueda presumir de rentabilidad y muy pocos bancos pueden salvar su prestigio rechazando el dinero europeo aunque sea a cambio de ofrecer intereses más bajos a sus clientes. En España se prima la ineficacia, la impostura, el amiguismo y el enchufe –el conocido nepotismo- y se penaliza la eficacia, la excelencia, la independencia de criterio o la moralidad. La política no sale de la vida civil y de su meritocracia experimental, sino de la administración y sus trienios, que juega con ventaja gracias a sus horarios, vacaciones y excedencias. Y el pueblo permanece absorto: si se analizan freudianamente los ídolos populares de España –Belén Esteban, los hermanos Matamoros, la telebasura, etc- y el futbol como nueva religión y opio del pueblo, tendremos, como en el test de Rorschach y sus imágenes amorfas de tinta, el mejor dibujo de la realidad.
No se fían de España porque su presidente del Gobierno se niega a admitir la realidad y ni siquiera pronuncia la palabra ”rescate”. Está acostumbrado a vivir en la doble vida y la impostura, nada de esto le inquieta, como evidencia su viaje en plena tormenta a disfrutar en directo de la Eurocopa. Y si no reconoce el problema de la estructura del Estado y de la Economía, lo normal es que no lo solucione. El abogado Antonio García Trevijano sostuvo que un país que no habla ni escribe bien lo normal es que tampoco piense bien y la consecuencia es que tampoco actúe bien.
La Monarquía de partidos que gobierna España desde la muerte de Franco ha generado una oligarquía que se aproxima al millón de personas. Con la dictadura ésta se reducía a cien mil. La política, la judicatura, la banca y la prensa como cuarto poder se ha mezclado de tal modo en España, que los políticos se meten a banqueros o a jueces y viceversa, los banqueros a periodistas (y viceversa también), las cámaras de diputados y el Gobierno los controlan las direcciones de los partidos, fundamentalmente PP y PSOE, que también viven del erario público y se reparten cargos y prebendas no sólo para sí sino incluso para sus familias, como ha revelado la lucha de poder para acceder a la bicoca de ese lujoso mueble de decoración rococó que es el Tribunal de Cuentas. No hay división de poderes porque la Constitución que se hizo fue una chapuza jurídica de tal calibre que su existencia como fuente del derecho y lógicamente del comportamiento social genera corrupción: los poderes no se controlan unos a otros para combatirla e impedir los abusos, todo lo contrario: se mezclan, contaminan y generan alianzas de impunidad y mutuo socorro que arrastran hacia la ruina la economía. España ha tardado más de tres décadas en darse cuenta, pues hasta este momento el dinero de los fondos europeos, la espuma del euro y el pelotazo inmobiliario y bancario generaron un espejismo que impedía advertir la peligrosa corriente e inercia que se genera y nos arrastra.
La corrupción se ha extendido de tal modo en España que se ha hecho ya imperceptible entre los ciudadanos. Sólo la crisis económica está desprendiendo la venda de las élites que ahora se ven perjudicadas porque la tarta no da para más y han quedado fuera del reparto, cada vez más exiguo. La mayor parte de la sociedad, lamentablemente, sigue ciega aunque Internet está haciendo cada vez más de oculista. Radio Libertad Constituyente apoya al Movimiento Ciudadano para la República Constitucional y ha pedido a sus “repúblicos” (que no republicanos) que promuevan la abstención electoral como forma de deslegitimar a las instituciones, a la vez que alienta todas las causas civiles y jurídicas que desenmascaran la corrupción y a sus protagonistas. Y hace circular información libre destapando los errores, incorrecciones y falsedades de los medios de comunicación que a menudo impiden visualizar la realidad del país.