Vergüenza e ira en grado máximo es lo que sentimos la inmensa mayoría de españoles, ante el desafío de unos sediciosos catalanes más llenos de ridícula ambición que de talento, que desprecian a España y se burlan de leyes, personas y tradiciones, sin que los impávidos jefe del Estado y jefe de Gobierno muevan un soplo de su alma para restablecer la normalidad jurídica y política en Cataluña.
Estupor también ante el espectáculo en el centro de la soberanía nacional. ¿Dónde se ha visto a una diputada amamantando a su hijo, y pasándolo de mano en mano, degradándose ella y degradando a su hijo?, ¿Dónde a unos ‘padres de la Patria’ que no serían admitidos en Parlamento alguno? Imágenes devastadoras ante una Europa que nos contempla atónita y nos convierten en hazmerreír del mundo civilizado.
Es la degradación cultural y moral, el retorno a la barbarie. El jueves en la Comisión Europea, en Bruselas, no daban crédito a lo sucedido: “La extrema izquierda griega podrá ser sectaria e insensata, pero Tsipras jamás habría permitido esto, creo que España y Europa tenemos un grave problema si este lumpen tiene acceso a la gestión económica y a las cuestiones de seguridad”, me dijo un alto cargo visiblemente preocupado.
Pero lo peor es que Podemos no está dispuesto a acatar la ley, y su objetivo último es la ruptura de España, a la que niegan su condición de nación a pesar de serlo desde hace 500 años. No van a respetar a nada ni a nadie, porque saben que con Rajoy pueden cometer los delitos más graves con total impunidad. Podemos ha sido financiado por dos gobiernos extranjeros, algo que es absolutamente ilegal y perseguible penalmente (hasta cuatro años de cárcel), que los servicios secretos sabían y que nuestro presidente ha preferido ignorar en lugar de cortarlo de raíz. Los responsables antiterroristas y la OTAN han expresado su grave preocupación ante el hecho de que un partido totalitario, antisemita y que ‘comprende’ el yihadismo pueda llegar a tener responsabilidades de gobierno.
Rajoy, de la omisión criminal al deshonor
Decía la semana pasada que Rajoy nos ha situado al borde del abismo y con los pies colgando. Para conseguir sobrevivir y que España no suspenda pagos, necesitamos conseguir una media de 5.000 millones de euros a la semana en los mercados. ¿Se da cuenta alguien en la clase política o mediática de lo que esto representa? Cada semana leemos en los periódicos que el Tesoro ha conseguido tanto y cuanto y pagado intereses “bajísimos”, como si de un triunfo se tratara, cuando estamos acumulando una deuda inasumible para las próximas generaciones de españoles. Algo que sería imposible sin el blindaje del BCE prestando dinero sin límite ni control a un Gobierno insensato. España está quebrada, es el gran legado de Mariano Rajoy.
De Guindos acaba de afirmar, en línea con lo dicho por Podemos, PSOE y C’s acerca de una posible repetición de las elecciones, justo lo contrario de lo que hasta ahora ha sido el discurso oficial: que no vamos a cumplir el objetivo de déficit, ni ahora ni en el futuro, y el hecho de que tengamos el mayor déficit público del eurogrupo le trae sin cuidado. Jeroen Dijsselbloem, el responsable del eurogrupo, ha reaccionado airadamente y ha dicho que no permitirá a España ni la menor flexibilidad sobre ese aspecto. Pero mientras los irresponsables del BCE sigan dando dinero sin límite, ¿a qué viene la chorrada de Dijsselbloem?, ¿Acaso se entera ahora de que Rajoy no iba a cumplir? Corten el grifo y déjense de amenazas. No obstante, este es un aviso de que el final de fiesta puede producirse antes de lo esperado.
Pero no solo es la economía, hay cosas mucho peores. “Rajoy amenaza con el TC y aplicar el 155”, decían los titulares de prensa del lunes pasado después de que un tal Puigdemont, un separatista de medio pelo, fuera designado a dedo presidente de la Generalitat y se comprometiera a construir una república catalana en 18 meses. Pero ¿cuántas veces el acobardado inane de Rajoy ha dicho lo mismo y, paralizado de miedo, ha pasado la pelota al TC?, ¿Cuántas veces la Generalitat ha ignorado las sentencias del TC?, ¿Y cuántas veces no ha hecho nada, incurriendo así en infracción criminal por no perseguir el gravísimo delito de sedición, que las autoridades de la Generalitat vienen cometiendo a la luz pública desde hace años?
No hay precedentes ni en la historia de España ni en la de Europa de un presidente que haya permitido el incumplimiento sistemático de la ley, la utilización de recursos y edificios públicos para preparar abiertamente la sedición y, en el colmo de la felonía, les suministrara todo el dinero necesario para que financiaran la sedición. En 2011, el acceso a los mercados de Cataluña quedó completamente cerrado: nadie estaba dispuesto a prestarles un euro. Montoro afirmó públicamente en enero de 2012 que intervendría todas las comunidades autónomas que necesitaran ser rescatadas, pero Rajoy no se atrevió e hizo exactamente lo contrario: “No intervendré ninguna comunidad”. Acto seguido creó un Fondo de Liquidez Autonómica para entregar ríos de dinero a interés cero sin control alguno sobre cómo se gasta.
De esta cantidad, que asciende a día de hoy a nada menos que 115.000 millones de euros, Cataluña recibió la parte del león, 42.000 millones o el 36,5% del total, casi el doble de lo que le correspondía, porque su PIB equivale al 19%. En agradecimiento, Mas hizo bandera del eslogan “España nos roba” y utilizó ese dinero para financiar la independencia y para engañar a los catalanes sobre el desastre de su gestión, que había llevado a la Generalitat a la suspensión de pagos. Y ahora aparece un tal Puigdemont, que dice ser filólogo y periodista, y afirma con toda su cara: “Estamos ahogados y humillados financieramente por el Estado”. No tienen vergüenza, claro que menos tiene Rajoy, que el mes pasado, en plena situación de rebelión y desobediencia al Constitucional, en vez de mandar a la Policía y meterlos a todos en la cárcel, les envió 3.000 millones de euros.
Pero es que lo de Mariano Rajoy, como hombre y como jefe de Gobierno, supera ya los límites de la locura. Al ‘delito’ de omisión criminal acaba de añadir el de deshonor, enviando nada menos que al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, a la toma de posesión del nuevo ‘capo’ de los sediciosos catalanes, siendo así que nuestro Código Penal considera el delito de sedición como una cuestión de orden público y que, por su función, le corresponde precisamente al responsable de Interior perseguirlos y llevarlos ante la justicia. Como denuncia Antonio García-Trevijano, el más prestigioso pensador político de España, “jamás en la historia del derecho penal del universo se ha visto ni vivido una escena tan degradante para el honor y la dignidad de toda una nación”.
Y ya para terminar con el incomprensible comportamiento de Rajoy en estos días aciagos, nombra para la Mesa del Congreso a Celia Villalobos, vicepresidenta primera del Congreso, que a lo que se dedica en las sesiones es a jugar al ‘Candy Crush’ mientras interviene su jefe; a Alicia Sánchez-Camacho, a la que tuvieron que echar del PP catalán; y Rosa Romero Sánchez. Y estas son las grandes ‘expertas’ con que cuenta el PP para salvar a España. ¿Y qué decir del Senado? Una auténtica revolución renovadora: Pío García Escudero, Sanz Alonso, el eterno, y Javier Arenas. Es una tomadura de pelo a los españoles. ¡Váyase, señor Rajoy, váyase!
Sánchez vende España a los independentistas
Primero fue Patxi López o ‘Patxi Nadie’, como era conocido -por su nula capacidad de gestión- en el País Vasco, nombrado presidente del Congreso por carambola en el Parlamento de una nación cuya existencia niega. Para él, “España no es un mapa, ni una identidad [o sea, que la identidad española no existe], es el pacto de los ciudadanos por la libertad y el progreso”. Pero lo realmente inexplicable es que un Pedro Sánchez enloquecido está dispuesto a venderse a los independentistas catalanes, en contra de los límites que le fueron impuestos en el comité federal, para lo cual ha empezado cediéndoles cuatro senadores, dos a ERC y dos a DiL, para que puedan formar grupo parlamentario en el Senado.
El caso de Sánchez pactando con quienes quieren destruir España a cambio de sus votos constituye un grave peligro para la unidad de España. Debería tomar nota de lo que hicieron Azaña y Negrín cuando en el otoño del 37 pusieron punto final con mano de hierro a las veleidades de anarquistas y del genocida Companys, presidente de la Generalitat, y del resto de fuerzas separatistas (relata Julián Zugazagoitia cómo Companys se jactaría ante él de haber “exterminado a todos los curas, frailes y monjas de Cataluña”). No les tembló la mano -como a Rajoy- al retirar 1.500 guardias de asalto del frente del Jarama y enviarlos a Barcelona, donde recuperaron el control de Cataluña en 48 horas.
Hay que estar absolutamente cegado por la ambición, y solo jaleado y apoyado por su entorno, para no ver que el PSOE jamás ha apoyado al separatismo ni catalán ni vasco, y hoy tampoco lo hará. Sánchez ha desencadenado una lucha fratricida dentro del PSOE. Entre un pollo sin cabeza y una cabeza sin pollo, el PSOE no tiene líder y su secretario general no tiene cabeza, con lo que la batalla interna está servida y la vamos a presenciar. Todos los barones y baronesas (Susana Díaz y Chacón) despeñarán a Sánchez de la secretaría general si insiste en seguir en esta deriva proseparatista. Su denominador común, el Estado federal, siempre ha sido para el PSOE un mito irrealizable, pero además es una idea incompatible con la aspiración a la independencia de todo el separatismo catalán. El Estado federal es una entelequia. A Sánchez jamás le consentirán los barones pactar con los separatistas. Una nueva cita electoral salvo milagro es inevitable, pero perfectamente inútil si antes no se van para siempre Rajoy y Sánchez.
Nota: el próximo sábado 23 se cumplen 500 años de la muerte del rey Fernando el Católico, que junto con Isabel de Castilla, una de las reinas más grandes que jamás han existido en Europa, consiguió establecer la unidad de España. Este acontecimiento en cualquier otro país del mundo se recordaría por todo lo alto: congresos históricos, actos oficiales, libros monográficos, sellos y monedas conmemorativos, circuitos turísticos, etc. Sin embargo, en esta España de traidores, ingrata e ignorante, la Corona, el Gobierno, la clase política, la universidad y el pueblo llano, que ve ‘Sálvame de lux’ y vota a Rajoy, a Sánchez y a Podemos, lo ignoran totalmente.
Tenemos el Gobierno que nos merecemos, tal y como decía Maquiavelo, que se inspiró precisamente en Fernando el Católico para escribir ‘El príncipe’. Solo un pequeño grupo encabezado por Luis del Rivero y los impulsores del monumento a Blas de Lezo, el gran héroe español, en la Plaza de Colón de Madrid, ha propiciado la celebración de un funeral a las 12 del próximo sábado en la Capilla Real de la catedral de Granada, donde aparte de Isabel y Fernando, está enterrado el infante Miguel, que propiciaba la unión de las tres coronas, Castilla, Aragón y Portugal, objetivo aún pendiente que daría lugar a una comunidad de 700 millones de hispano-luso parlantes. El funeral será oficiado por el arzobispo de Granada y a él están invitados todos aquellos que quieran sumarse al recuerdo de nuestro gran Rey.