Históricamente en España en las situaciones de crisis suben al poder los incapaces. Recuerden a Azaña en 1936 clamando contra “la república de los imbéciles”. ¿Cómo unos botarates van a gobernar un país sumido en una profunda crisis, cuando no tienen una idea ni siquiera aproximada de lo que se debe hacer y tampoco serían capaces de gestionar una mercería? ¿Quién de ellos va ser capaz de cambiar un Estado autonómico corrupto hasta la médula e imposible de financiar donde parasitan dos millones de enchufados? ¿Quién va a cambiar un modelo productivo de “especuladores y camareros” incapaz de garantizar crecimiento estable y empleo digno? ¿Quién va a detener la sangría de deuda que nos lleva a la ruina? Pero esto les trae sin cuidado, lo único que les importa es tomar el poder como sea.
El gran “triunfador” ha sido Pablo Iglesias, un demagogo totalitario –en su facultad impedía por la fuerza todas las intervenciones de personas contrarias a su ideario – y guerracivilista, para quien “Venezuela es el modelo a seguir en Europa del sur”. Esto provoca el miedo y la ira en media España y grave preocupación en la UE, la OTAN y los responsables antiterroristas. En esta hora crucial a la que nos ha llevado Rajoy generando la mayor deuda y las mayores desigualdades sociales de Europa, España necesitaría líderes fuertes y con sentido político del Estado y del Gobierno y no pusilánimes o aventureros sin ideología ni conocimientos, a quienes sólo guía su propio interés. Así que para entender lo que puede pasar debemos dejar de pensar en lo que conviene o no a España, porque eso no está en la ecuación; sólo existen los intereses personales de tres necios ambiciosos y sus secuaces.
Su mensaje navideño se ha limitado a las banalidades habituales, “reconocer lo que nos une”, “invocación al diálogo”, “unidad y continuidad”, etc. O sea, nada
Y es aquí donde su Majestad debería demostrar que sirve para algo, lo que no ha sucedido en el proceso secesionista catalán donde su obligación constitucional de “mediar y arbitrar” ha brillado por su ausencia. Y ahora de nuevo, su mensaje navideño se ha limitado a las banalidades habituales, “reconocer lo que nos une”, “invocación al diálogo”, “unidad y continuidad”, etc. O sea, nada. “Somos una gran Nación”, diría. Deberíamos pero no los somos porque ZP y Rajoy nos han llevado a la irrelevancia internacional, la dejación criminal de Rajoy nos ha dividido más que nunca y España esta al borde de la ruptura por primera vez en 500 años. Así que, su Majestad, déjese de soflamas y medie y arbitre de una vez. Hágalo o dimita.
O milagro o nuevas elecciones
Así que si queremos saber qué pasa, pensemos sólo en lo que le conviene a las ansias de poder los tres principales tarados y su entorno. El primero es Mariano Rajoy, que en lugar de reconocer sus gravísimos errores y dimitir con honor, se comporta con tal prepotencia que uno no entiende que no se dé cuenta de que está acabado y de que si sigue aferrado al sillón lo acabará perdiendo y con deshonor. Sigue con la patraña de “o yo o el diluvio”, sin darse por enterado de que es el gran perdedor, de que su desastrosa política económica y social cuando tenía todo el poder para haber realizado los cambios que el país desesperadamente necesitaba es la que ha propiciado la irrupción de Podemos, y donde el deseo de cambio manifestado por la sociedad le trae al pairo, su oferta es “sostenella y no enmendalla”.
Las llamadas de Rajoy a la responsabilidad y al sentido del Estado son un insulto a la inteligencia, porque es él quien más carece de ambas. Y para que no quede duda dice que se presentará al nuevo congreso a la búlgara del PP para ser reelegido por aclamación porque al contrario que en PSOE, donde hay barones fuertes que piensan por sí mismos, en el PP después de echar a los mejores sólo quedan, como era previsible, aduladores y enchufados. Y respecto a Pedro Sánchez, tampoco se da cuenta de que está tan acabado como Rajoy y rechaza cualquier pacto con el PP porque aspira a presidir un “Gobierno de cambio”. Tal pacto tampoco se le permitirían sus barones, ya que de hacerlo el PSOE acabaría en la insignificancia, como el PASOK en Grecia por permitir gobernar a los conservadores para frenar al Podemos griego, Syriza.
Pero veamos el “timing” que tenemos por delante. El próximo 13 de enero se constituirá el nuevo Parlamento y el rey encargará formar Gobierno al partido más votado. En primera votación se necesita mayoría absoluta para elegir presidente, pero la gran coalición no va a materializarse ni por las presiones de los poderes fácticos internos y externos, ni por muy deseable que pudiera ser para España. Estos ambiciosos quieren elecciones anticipadas, excepto Sánchez, que habiendo sacado el peor resultado del PSOE en 40 años cree que puede ser presidente cuando ni siquiera sabe si será el líder de su partido. Las quiere Rajoy porque piensa que la situación económica mejorará (???) y ello le favorecerá, las quiere Iglesias porque IU no se presentaría y sus 923.000 votos le harían líder de la izquierda, y las quiere Susana Díaz, que espera desbancar a Sánchez como cabeza de lista en el próximo Congreso.
Pero también hay margen para el milagro, muy improbable pero no imposible, si la burguesía catalana que financió y alentó la aventura secesionista obliga, no a Mas -que ha enloquecido y ha aceptado el 100% del programa de izquierda revolucionaria-, sino a los otros siete enanitos que son de derechas de toda la vida. Porque Blancanives hará lo que le manden los 3.577 anticapitalistas y antisistema de las CUP. (Que el futuro de Cataluña esté en manos de un puñado de radicales utópicos refleja el estado catatónico en lo cultural y en lo político al que ha conducido la ausencia de acción política de Rajoy durante cuatro años). Entonces PP, Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria y los siete enanitos sumarían mayoría absoluta (177), o sea el milagro. Pero si no se consigue, 48 horas después tendría lugar una segunda votación donde sería suficiente la mayoría simple. Rajoy podría obtener 170 votos sin los enanitos pero la izquierda (172 o 180 con los enanitos de la derecha), diría que no en bloque.
Entonces, el rey encargaría a Sánchez formar Gobierno: misión imposible 2. PSOE, Podemos, En comú, Pod-Com, En Marea, IU y Bildu, también sin los enanitos, 172 como he dicho, pero una cosa es votar contra Rajoy, que lo harían todos, y otra muy diferente votar a Sánchez, con muy poco margen para la seguridad absoluta con 7 formaciones a poner de acuerdo. Pero lo más importante es: ¿qué interés podría tener Iglesias (la excusa de los referendos resulta perfecta) en apoyar a Sánchez, a quien desprecia profundamente? Su interés es justo el contrario, dejar que se hunda y disputarle él la Presidencia a Rajoy, que es su estrategia desde el principio. Disputarle a Rajoy la presidencia algo lo ha repetido hasta la saciedad “es o Rajoy o yo”. Es cierto que Susana Díaz, que presume de haber derrotado a Podemos en Andalucía, no piensa así, pero Andalucía no es España, donde el PSOE ha desaparecido de sus grandes bastiones. Lo hará mejor que Sánchez pero difícilmente será suficiente.
La economía de 2016, llena de incertidumbre
Por ello la hipótesis más probable es que tendremos a Rajoy gobernando España en funciones hasta casi verano, y es tan cretino (salvaría a LaSexta y a El País de la quiebra, que en agradecimiento le han apuñalado por la espalda) que piensa que la situación económica mejorará y eso le dará la victoria. Nada más lejos: tenemos un 2016 lleno de incertidumbres y el caos político en que estamos sumidos es justo lo que nos faltaba. Y es que estos tarados que quieren gobernarnos no han pensado ni por un segundo en los problemas a los que van a enfrentarse, y mucho menos en cómo solucionarlos porque no sabrían ni por dónde empezar, igual que Zapatero cuando España comenzó a hundirse y no tenía ni idea ni de por qué sucedía ni de lo que debía hacer.
Ya antes de las elecciones, España no iba a la recuperación sino al abismo, porque cada euro de crecimiento del PIB necesita 4 de deuda. El PIB de 2015 será aun inferior al de 2011 y para ello ha arruinado a las generaciones futuras con una deuda monstruosa de 500.000 millones de euros. Hay 500.000 parados más a tiempo completo equivalente que en 2011, y los empleos que se crean lo son con sueldos de miseria. La corrupción sigue sin perseguirse, el tema Pujol+CiU es el escándalo de corrupción más grande de Europa desde la II Guerra Mundial y no pasa nada. El sistema de pensiones donde Rajoy se ha fundido ya 45.000 millones del colchón de la hucha y las mutuas laborales y solo quedan 33.000, con un déficit estimado de 20.000 millones en 2016, es insostenible, y hay 2,36 millones de parados desesperados sin ayuda ni prestación alguna.
Pero eso era antes de las elecciones, después con los riesgos del populismo y del secesionismo más acuciantes que nunca, miles de inversores que estaban dispuestos a invertir en España se han evaporado, con lo que si la economía después del impulso artificial del despilfarro electoral se estaba desacelerando, ahora la caída del PIB tomará renovada intensidad. Y si alguien piensa en la patraña de las exportaciones, donde somos el quinto país de la UE con menor tasa de crecimiento de las mismas, mejor que le escriba a los Reyes Magos (o a las Reinas Magas, la última memez de la sectaria alcaldesa de Madrid). Además la incertidumbre mundial es muy elevada: Bloomberg News después de consultar a docenas de diplomáticos, asesores de seguridad, expertos geopolíticos y prestigiosos economistas ha preparado una “Guía pesimista del mundo en 2016”. Este es el resumen.
Posibilidad de una subida del crudo a más cien dólares el barril, consecuencia de un ataque del EI a la infraestructura de producción en Oriente Medio, Libia y Nigeria. Salida de Reino Unido de la UE, lo que hundiría la bolsa de Londres y afectaría a todas las economías europeas. Que la economía China esté mucho peor de lo que indican las estadísticas oficiales, lo que hundiría las bolsas mundiales y provocaría una nueva crisis. Ataque de Israel a las instalaciones nucleares iraníes que harían subir el petróleo y el oro. Que el crecimiento de las presiones migratorias provoque una grave crisis en la UE, lo que afectaría a los mercados de deuda, donde España, Portugal y Grecia se verían gravemente afectadas, y donde el euro se hundiría por temor a su inviabilidad. Que muera el presidente argelino Abdelazis Bouteflika con una enfermedad terminal, lo que puede sumir Argelia en el caos, Marruecos estaría en grave riesgo y tendríamos el ISIS a las puertas.
Y lo que sería mortal para las grandes empresas españolas, el un hundimiento económico de Latinoamérica. Si el “impeachment” de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, desencadena graves enfrentamientos políticos que hacen el país ingobernable. Si Maduro utiliza el Ejército para recuperar el control del país lo que lo sumiría en el caos. Y si el presidente de Argentina, Mauricio Macri, ante el hundimiento económico de la región no puede cumplir sus promesas electorales, tendríamos otra década perdida en toda Latinoamérica. Los tipos de interés se irían a las nubes en la región, sus bolsas de valores se hundirían, el real brasileño y el peso mexicano a su nivel mas bajo desde 1993 caerían fuertemente, y Petrobras iría a la bancarrota.
En unas nuevas elecciones si desaceleración coge impulso y el panorama mundial se complica, el Frente Popular puede acabar gobernando
Era lo que nos faltaba, con un crecimiento desacelerándose, con la inversión frenada en seco, con el inicio de una salida de capitales -de momento Sicavs– que puede convertirse en torrente en los próximos meses como ocurrió en Grecia los grandes bancos están trabajando en planes de emergencia para sacar de España la mitad del volumen de su negocio- no se de dónde narices sacan el necio de Rajoy y sus secuaces que las cosas van a ir mejor. En unas nuevas elecciones a poco que la desaceleración coja impulso y que el panorama mundial se complique, el Frente Popular puede acabar gobernando. El futuro de España y de los españoles esta en manos de unos irresponsables a quienes sólo les importa su ambición sin límites.