Asta su abuelo, Goya Enseñanza nacionalista Después de usurpar el Estado, implantaron la desastrosa Logse, instrumento «progresista» entregado a las autonomías nacionalistas, que les concedió potestad para utilizar los contenidos de asignaturas, como excluyente arma política, para renegar de España. Habilitó al nacionalismo para reconstruir icónicas identidades cerradas; catalana, vasca o gallega, enfrentadas al opresor castellano. Impuso la lengua particular como propia franquicia cultural, contra el voraz invasor español. Maquinó un panorama sentimental de víctimas y culpables, por cuya depuración los acomplejados hijos de la inmigración se traducen hasta el nombre. La obsesión por creerse una sociedad homogénea con genuino rasgo diferencial, ignoró y borró la historia compartida, con ficciones locales, deshonestas manipulaciones y singulares falsificaciones.   En Cataluña, los alumnos pueden delatar a sus profesores a los «vigilantes lingüísticos», por el uso regular del «idioma vehicular» en los centros. La impotencia depresiva de un profesorado marginado de la transmisión de conocimientos y obligado a adaptarse a planes de una misión ideológica, y el silencio de una inmigración forzada a catalanizarse, describe el colaboracionismo social al nacionalismo. Satisfechos, conversos amoldados y verdugos disculpan mezquinos rencores, destructores de lazos afectivos con España, palabra tabú ligada irremisiblemente al imperio o al franquismo. Sutiles consignas, acoso moral, leyes, decretos de inmersión y normalización lingüística y desfachatez han desterrado la lengua española de la vida oficial catalana, cuya lengua convierte en pasaporte para todo.   Estigmatizar el español y restituirlo castellano, desautoriza su condición integradora y lo convierte en lengua impropia. España es el único país del mundo que impide en las escuelas de partes de su territorio, instruirse en su propio idioma. El español no es una lengua nacionalista, se habla en veintidós países; para más de trescientos millones de personas es su lengua materna y para cerca de cuatrocientos millones es su lengua de relación. El español es un idioma plurinacional de intercambio multicultural, de mestizaje, común a todos. Tener dos lenguas es mejor que tener una, los catalanes somos bilingües, es una suerte. La función de la lengua es la comunicación con los demás y la expresión del pensamiento propio, no la recreación de identidad, ni la señal discriminatoria.