El Rey Juan Carlos ha destacado en Brasil que el Gobierno español «está acometiendo reformas de gran calado que no tardarán en dar fruto» y ha añadido que España trabaja con sus socios europeos para «estabilizar los mercados financieros y fortalecer el euro». Un mero brindis al sol de alguien que carece de los conocimientos necesarios para hablar de Economía, según dijo Trevijano en Radio Libertad Constituyente. El monarca estudió la carrera militar y cuando habla de economía se limita a leer un breve guión que le han escrito otros. No hay porqué tomar en serio sus palabras: siempre habla de lo que no sabe.
Por ello, mencionar la determinación de España para superar la crisis «desde la solidez de sus instituciones» y la «excelencia» de su capital humano es sólo un discurso hueco. Lo hizo en el brindis del almuerzo que ofreció en su honor la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y en su primer viaje al extranjero desde su operación de cadera, su primera visita de trabajo a otro país desde la llegada del PP al Gobierno. Eso sí, el Rey llegó a Brasilia acompañado por una veintena de empresarios, entre ellos los presidentes del Santander, Repsol, Telefónica, Iberdrola, Indra e Iberia, y representantes de Elecnor, Isolux-Corsa, Talgo, Navantia, OHL e Islalink. Son los empresarios que más han prosperado al calor de la Monarquía.