Hoy me reincorporo a la marcha, ya en Alatoz. Me tenían reservada una sorpresa: mi querida guitarra, que tantas vivencias ha compartido conmigo hasta que decidió la semana pasada irse por ahí, con otro, con un desconocido, estaba allí de vuelta esperándome. Buen susto ha debido de llevarse ella también con la escapada, ha debido de pasar momentos de mucha tensión porque le falta una cuerda. Pero es ella y está bien, cuántos recuerdos han vuelto a serlo. Ha preparado la comida un puñado de voluntarios del pueblo en un parque público bien preparado para las meriendas. La gente, como ya es habitual, se vuelca. El tema de hoy en la marcha ha sido la actuación de las autoridades en Alcoy y en Castellón, donde han desalojado a los acampados que quedaban. En Castellón 70 policías de intervención para 7 acampados que habían decidido continuar indefinidamente. Ha habido algunos palos, se les ha requisado todo el material y se les ha puesto multa. Todo ello entre comentarios despectivos de los nacionales. Algunos compañeros de la marcha han regresado hacia Castellón y Alcoy para dar apoyo a los que quedaron. Alatoz es una población muy pequeña, de menos de mil habitantes. La asamblea popular por la tarde sigue la tónica de la no participación. Hoy no ha venido el alcalde. Pero los integrantes de la marcha están tomando conciencia política de su acción revolucionaria y comienzan a dar signos de fuerza motriz. Dentro de poco encontraremos el empuje necesario para la libertad constituyente en el seno de la propia marcha. La plantilla para hacer camisetas funciona y ya hemos impreso tres ejemplares de Libertad Constituyente YA. La cena, compuesta por unas patatas a lo pobre con huevo frito es un reclamo inmejorable para Morfeo, que será quien redacte la crónica hoy, mientras yo imagino que me sumo a la revolución, en el aniversario de la declaración de independencia de 1776 que redactó Jefferson.