Windmills worth the wait (foto: johnnyalive) Economía sostenible: "la nueva economía" Comenzaron por lanzar al auditorio de mítines y tertulias el concepto de “nueva economía” refiriéndose a un modo nuevo de utilizar los recursos disponibles y a una política económica que superaba las antiguas formas de producción y organización, para convencer a sus huestes de que esa era la nueva frontera. A lo largo de la historia el concepto se ha utilizado como revulsivo de una situación anterior. Así se denominó la economía surgida del pensamiento de Adam Smith y de la posterior revisión de Carlos Marx; del mismo modo se llamó a la economía expresada en las ideas de los neoclásicos. Posteriormente, por ese nombre se conocieron las prácticas realizadas de acuerdo con las aportaciones de John M. Keynes. Pero estos términos se aplicaron fundamentalmente a las medidas tomadas por la Administración demócrata de Bill Clinton a partir de 1994 y a las altas tasas de productividad conseguidas con las nuevas tecnologías de la información.   ¿Qué bloque de ideas patrias está detrás de nuestra “nueva economía”? No hay nada más que propaganda para mantener a los grandes medios de comunicación lejos de los problemas reales que acucian a los ciudadanos. La “nueva economía” será el proyecto de país que se diseñe como resultado de pronunciar un conjuro: “economía sostenible”. El anteproyecto de ley está concebido como anuncios reunidos en un cajón de sastre, en el que puede entrar de todo sin más orden que el expresado en la secuencia de los artículos. El anteproyecto es jurídicamente un desorden legal; políticamente una técnica más de la propaganda de los detentadores del poder que así aparentan tener ideas para superar la grave crisis que nos corroe; socialmente un intento de implicar en la solución de los problemas a todos los agentes sociales para diluir la responsabilidad que tienen como dirigentes políticos; y económicamente no es más que un ejercicio de programación económica a largo plazo. Esta técnica en un sistema de libre mercado no sirve para nada. El combinado, “economía sostenible” se aplica a cualquier forma de producir o gestionar servicios que ahorra energía o utiliza energías renovables y no contaminantes. No importa que su utilización sea muy cara ni que se necesite disponer de unas infraestructuras convencionales paralelas para atender posibles emergencias.

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