El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, el juez Carlos Dívar, ha afirmado que la persona con la que cenaba habitualmente en Marbella y cuyos gastos cargó al erario público, tenía “carácter oficial”. Su respuesta se produce tras los jocosos comentarios del periodista rosa y militante gay Boris Izaguirre, que insinuó la homosexualidad del juez y mencionó veladamente su relación con un guardaespaldas en un artículo publicado en el diario “El País” y reproducido por “El Plural”.
En los informativos de Radio Libertad Constituyente, el abogado y notario Antonio García Trevijano reprochó a Dívar que estuviera tardando tanto en dimitir y subrayó que en su pliego de descargo ante la prensa, en ningún momento aprovechó para desmentir su hipotética salida del armario. “Tampoco ha desmentido que su compañía habitual en las cenas de Marbella era la de un varón, y solo ha precisado que su comensal tenía un rango oficial”.
Respecto a los gastos cargados por cenas y comidas durante sus estancias en Marbella, Dívar había asegurado que estos encuentros “han respondido al carácter oficial o de autoridad” de su comensal invitado, y que en ningún momento han obedecido a “relaciones personales”. Por tanto, no existe “ninguna irregularidad ni jurídica ni moral ni política” en la veintena de los viajes en fin de semana realizados a Marbella que fueron cargados al Consejo.
Dívar ha admitido que “el ambiente que ha rodeado y la difusión” de la denuncia de Gómez Benítez han producido “un malestar muy grave y un quebranto” en su persona.
“Si lo que me quiere decir es si mi persona está quebrantada moralmente por estos actos no dudo en responder que sí. Si me dice que tengo que presentarme al Parlamento, cuando me lo pidan compareceré y responderé adecuadamente a sus preguntas”, ha dicho el presidente del Supremo en respuesta a un periodista que le inquiría sobre si consideraba que mantenía su autoridad para seguir ejerciendo como presidente del Poder Judicial tras lo sucedido.