Hace unos meses, los profesores y economistas abajo firmantes calculamos el PIB real de la economía española, valorando los componentes del mismo a través de las estadísticas oficiales y por las tres vías de cálculo posibles. Desde la perspectiva de la producción, con los valores añadidos obtenidos en las encuestas sectoriales de servicios, industria y construcción. Desde la perspectiva de la renta, con los datos de renta disponibles de la Agencia Tributaria. Y desde la perspectiva de la demanda, a través de las encuestas de demanda del propio INE. Una metodología que ha sido validada por el Instituto de la Economía Mundial de Kiel, el centro de análisis económico más prestigioso de Alemania.
El detalle de este estudio que demuestra que el PIB oficial está sobrevalorado en un 17,5% fue enviado a la Comisión Europea, al Europarlamento y al Eurogrupo, solicitando que ante la gravedad de las consecuencias para la economía española y para toda la eurozona, fuera auditada por Eurostat la contabilidad nacional de España desde 2008 a 2015. En la Comisión Europea, su vicepresidente, Valdis Dombrovskis, y Pierre Moscovici, comisario económico, nos agradecieron nuestra aportación, pero prefirieron, y más en año electoral, mirar como siempre para otro lado, alegando que sus estrechos contactos con las instituciones españolas —las responsables de la manipulación— garantizaban su veracidad (???).
Justo al contrario, el entonces presidente del Europarlamento, Martin Schulz, se mostró muy interesado y nos aseguró que, dada la gravedad de los hechos, pediría un informe a la Comisión de Asuntos Económicos y Financieros. Lamentablemente, su dimisión para participar en las elecciones alemanas de septiembre no lo permitió. En la misma línea que Schulz, se ha mostrado el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, que nos respondió el 24 de marzo, afirmando que, aunque el tema no era competencia del Eurogrupo, sus conclusiones eran tan graves que las haría llegar a las autoridades españolas y comunitarias pidiendo su análisis y seguimiento.
Por otro lado, el Instituto de Kiel se dirigió oficialmente al INE hace cinco semanas, como responsable de la contabilidad nacional, solicitándole una explicación sobre las enormes discrepancias entre nuestros cálculos y la versión oficial, dado que nuestra metodología es correcta y nuestras cifras, válidas. El INE, a pesar de estar obligado a responder, ha dado la callada por respuesta. Hemos respondido al presidente del Eurogrupo aportando pruebas de la manipulación de las cuentas nacionales y de que Eurostat —en contra de las afirmaciones oficiales— no comprueba absolutamente nada.
Dado que se trata de un tema que afecta al futuro económico de España, hemos decidido hacer pública nuestra respuesta, para que sepan la realidad los millones de españoles cada día más empobrecidos y que soportan los mayores impuestos sobre el trabajo y la familia de todo el mundo desarrollado (OCDE), para financiar el despilfarro y el nepotismo de la clase política más corrupta del mundo desarrollado, donde los partidos del nefasto régimen de 1978 nos impusieron un Estado de las autonomías que eliminó todos los controles y ha devenido en bandas mafiosas dedicadas al saqueo de España; y en particular los pensionistas y las futuras generaciones de españoles que vivirán peor que sus padres por primera vez en siglos, con su futuro arruinado por la mayor burbuja de deuda de nuestra historia.
A continuación reproducimos la carta de respuesta a Dijsselbloem.
Mr Jeroen DIJSSELBLOEM
President
EUROGROUP
Madrid, 21 April 2017
Dear Sir,
Muchas gracias por su atenta carta del pasado 24 de marzo en la que responde a las nuestras de 24 de noviembre y de 13 de enero.
En las cartas citadas expresamos nuestra preocupación por la veracidad de las cifras de la contabilidad nacional de España, que en nuestra opinión y más allá de toda duda razonable infravaloran seriamente la dimensión de la deuda pública española y de la presión fiscal en relación al PIB. En su carta, amablemente nos informa de que a pesar de que el hecho denunciado no entra dentro de las competencias del Eurogrupo, dada su gravedad lo ha hecho llegar a las autoridades españolas y comunitarias para su análisis y adopción de las medidas oportunas. A este respecto, como ciudadanos españoles y en consecuencia víctimas de la mayor ola de despilfarro político y corrupción de Estado y personal jamás conocida, queremos expresarle nuestra más sincera gratitud.
En su carta, señor presidente, afirma que Eurostat “comprueba la cifras económicas de España sobre la base de medidas apropiadas de calidad”. Nada más lejos, hasta ahora Eurostat ha dado por buenas las cuentas públicas más falsas e incongruentes de toda la eurozona. Adicionalmente, la Comisión Europea ha ignorado los reiterados incumplimientos de los objetivos macroeconómicos, olvidando su obligación de hacer cumplir el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, lo que los convierte en colaboradores necesarios en la gigantesca burbuja de deuda ya imposible de devolver, que arruinará a las próximas generaciones de españoles durante no menos de 50 años.
Es por eso, señor presidente, que creemos imprescindible desmontar la gigantesca mentira del supuesto control por Eurostat de las cifras y de la supuesta vigilancia intensiva de la Comisión Europea, algo que si no se corrige de inmediato puede acabar con la eurozona tal como la conocemos actualmente. Lo ocurrido con Grecia, que entre 1999 y 2004 manipuló sistemáticamente sus cuentas nacionales sin que ni Eurostat ni la Comisión objetaran nada, fue un antecedente que todos recordamos.
Si Eurostat comprobara, como afirma, la veracidad de las cifras, hace ya muchos años que habría puesto fin a la escandalosa manipulación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), donde se improvisan a bulto cada año las cifras de ingresos para cuadrar el objetivo de déficit, con un grado de mendacidad que supera incluso lo sucedido con Grecia. Entre 2008 y 2015, el Estado ha recaudado 100.000 millones menos de lo presupuestado, y gastado 240.000 millones más. A pesar de eso, Eurostat ha dado siempre por buenas las previsiones del Gobierno, y la Comisión ha aceptado siempre que España incumpliera los objetivos de déficit comprometidos durante nueve años consecutivos —2008 a 2016—, sin importarle la magnitud de la diferencia con los objetivos siempre ampliados de déficit.
Eurostat no verifica absolutamente nada. El crecimiento oficial en 2012 fue del -1,7%, cifra validada por Eurostat, aunque era manifiestamente falsa, y así lo denunciamos entonces las personas que firmamos esta carta. Tres años después, en 2016, el INE redujo la cifra al -2,9%, un ‘error’ del 70% que Eurostat no pudo o no quiso detectar. En 2013, de nuevo Eurostat validó ‘as usual’ la cifra del Gobierno, que sería reducida por el INE en 2016 en un 40%. En total, la autoridad estadística (INE) ha corregido el crecimiento del PIB desde 2009 a 2013 —y faltan las correcciones desde 2014— con unas diferencias anuales siempre a la baja de entre 0,5 y dos puntos de PIB, por un total de 40.000 millones de euros. ¿Cómo es posible que Eurostat no detectara falsificaciones tan colosales?
Y a día de hoy, el Gobierno afirma que en 2016 por primera vez se ha cumplido el objetivo muy ampliado de déficit —el 2,8% presupuestado al 4,6%—, y sin embargo existen graves discrepancias que el Gobierno no ha explicado. El déficit del Estado ha sido reducido falsamente en el 0,33% del PIB, exigiendo un adelanto del impuesto de sociedades de 2017 por unos 3.000 millones y no devolviendo 650 millones retenidos de IRPF. El déficit de la Seguridad Social se valora en 18.064 millones, cuando para pagar las pensiones ha sido necesario sacar 20.136 millones del fondo de las mismas. Solo con estos dos conceptos, el déficit ha sido del 5,06% del PIB oficial. A las comunidades autónomas se les asigna un déficit de 9.155 millones, cuando han recibido 26.000 millones de euros de préstamos. ¿Cómo Eurostat no exige explicaciones inmediatas?
En la carta que hemos recibido de la DG ECFIN, la Comisión afirma que “vigila estrechamente la situación económica y presupuestaria en España, en el contexto de procedimiento de déficit excesivo”. La realidad es que la Comisión hace caso omiso de sus obligaciones, ya que ha permitido al Gobierno de España endeudar a la nación en 592.000 millones de euros en cinco años, lo que representa el mayor incremento de deuda en términos de PIB en tan corto periodo de nuestra historia, ignorando las reglas del Pacto de Estabilidad. Adicionalmente, el Target2 se ha doblado del 16% en 2011 al 33% en 2016, año récord en que este pasó de 220.000 millones de euros a 362.000 millones, lo que pone en cuestión la solvencia de todo el sistema financiero español.
Cuando se les denuncia una discrepancia, perfectamente detallada y analizada, del 17,5% del PIB español, ¿no cree, como nosotros, señor presidente, que al menos la respuesta de la EC debería incluir los detalles correspondientes que lo rebatan según los criterios de coherencia y transparencia que marca el reglamento de la Unión Europea? Deberían hacerlo; es su obligación. ¿Por qué no lo hacen? Porque saben que los resultados del estudio significarían aceptar que la deuda total de España, no la PDE, no es del 100% del PIB si no del 168-170%. Como consecuencia, la presión fiscal después de que el Gobierno haya subido o creado 85 nuevas figuras tributarias es hoy del 47%, lo que ha empobrecido gravemente a la mayoría de los españoles y destruido ya a un tercio de la clase media.
Por último, y no menos importante, el sistema de pensiones está quebrado y su supervivencia depende de más endeudamiento. Necesitará este año un endeudamiento de 10.000 millones de euros para mantenerse y 20.000 millones/año a partir de 2018, algo imposible, por lo que más de la mitad de los 9,5 millones de pensionistas pasarán a una situación de pobreza, para poder seguir financiando el despilfarro político, que cada día es mayor.
Para resumir, en España no solo tenemos un problema de tamaño de la burbuja de deuda pública, de la deuda con el eurosistema y del deterioro del sistema de pensiones, lo es sobre todo su espectacular velocidad de crecimiento.
Es obvio que en el momento en que finalice la expansión cuantitativa del BCE, se inicie una subida de tipos o se incremente la aversión al riesgo, España suspendería pagos en pocas semanas. En este contexto, la Comisión Europea no puede convertirse en colaborador necesario de tamaña tragedia, que, además, no evitará ocultando la realidad. El BCE y la Comisión no pueden seguir por más tiempo ignorando la realidad, y alimentando una burbuja de deuda imposible de devolver, cuyo estallido se llevaría por delante a España y a toda la eurozona.
Por ello, y apelando al artículo 6.3 del 223/2009 EU, nos ofrecemos a reunirnos con Eurostat en Bruselas en una fecha a su conveniencia, para discutir cara a cara y con cifras en la mano la veracidad de nuestros cálculos y la situación económica real de España.
Atentamente.
Roberto Centeno, Juan Laborda, Juan Carlos Bermejo, Juan Carlos Barba.