Susana Cano, madre de una joven modelo presuntamente violada hace cuatro años en Ibiza por el príncipe saudí Alwaleed bin Talal, amigo del Rey y de la propia Corinna, ha presentado una denuncia contra ésta en los juzgados de Madrid por un presunto delito de usurpación de funciones públicas, castigado en el Código Penal hasta con tres años de prisión. Bin Talal recibió al menos en dos ocasiones a Sayn-Wittgenstein en Riad, la capital saudí, como “representante de Su Majestad el Rey Juan Carlos de España”, según informa Elconfidencial.com.
Además, Radio Libertad Constituyente informó que el rey Juan Carlos se ha mezclado voluntaria y arrolladoramente en este escabroso asunto. Bin Talal, sobrino del rey de Arabia saudí, Abdalá bin Abdelaziz, y uno de los hombres más ricos del mundo, recibió el pasado 8 de abril una carta personal del monarca español en la que éste le felicitaba por la decisión de la Audiencia de Palma de archivar provisionalmente la denuncia por violación presentada contra él por la joven Soraya H. en el verano de 2008. La modelo, que entonces tenía 20 años, fue presuntamente narcotizada y forzada sexualmente a bordo de un yate.
La denuncia, que fue presentada el pasado viernes en los juzgados de la Plaza de Castilla de Madrid, se basa en el artículo 402 del Código Penal, que castiga con penas de prisión de uno a tres años al que “ilegítimamente ejerciere actos propios de una autoridad o funcionario público atribuyéndose carácter oficial”. El abogado de la denunciante, Maximino Turiel, sostiene que “existen indicios suficientes para abrir diligencias por la presunta comisión de un delito de usurpación de funciones públicas” contra la princesa Corinna.
Turiel argumenta que Sayn-Wittgenstein, de 47 años, “parece ejercer, al menos indiciariamente, actos propios de autoridades y funcionarios sin que conste que lo sea, como son organizar agendas del Rey de España en visitas oficiales, viajar en aviones militares españoles, negociar en nombre de un monarca reinante y pasar por consorte o, al menos, autoridad de rango suficiente como para ser acogida en el estricto protocolo árabe”.
Una de los viajes a los que se refiere la denuncia es el que Juan Carlos y Corinna realizaron en noviembre a Kuwait y los Emiratos Árabes. El rey, pese a estar aún convaleciente de su operación en el talón de Aquiles de su pie izquierdo, acudió con Corinna a este último país para presenciar el Gran Premio de Fórmula 1 de Abu Dabi. Wittgenstein fue agasajada por las autoridades como consorte del Rey, y compartió mesa y mantel con las primeras damas de otros mandatarios invitados al evento, entre ellos los presidentes de Ruanda, Gabón o Chechenia.
La denuncia también se hace eco del amplio reportaje dedicado a Wittgenstein en el último número de Vanity Fair. Bajo el título de Corinna, la misteriosa amiga del Rey, la información desvela los testimonios de personas que, personal o circunstancialmente, han conocido a la princesa alemana. Entre ellas un amigo de Don Juan Carlos, que la revista no identifica, y que describe así su papel durante una cacería: “El Rey no explicaba quién era. Simplemente ella estaba a su lado todo el tiempo. Podría ser la asistente, la organizadora, la mánager estratégica…”.
Uno de los invitados al banquete que las autoridades del Estado alemán de Baden-Württemberg ofrecieron a Don Juan Carlos en 2006 en el castillo de Schöckingen, asegura: “Corinna fue la persona que se ocupó de todos los detalles antes de que llegara el Rey. Le organizó la agenda y concertó las citas con las personas que debía conocer. Ella controlaba cada uno de los detalles. A tal punto que hasta el responsable de protocolo de la Casa del Rey estaba desconcertado”.
Dos meses más tarde, durante un viaje oficial de los Reyes a Arabia Saudí -al que Corinna acudió en el mismo avión militar que la reina Sofía, dos ministros del Gobierno y una docena de empresarios españoles-, la princesa volvió a planificar una parte de la agenda del monarca. Y concertó una entrevista con Alwaleed bin Talal, dueño del emporio empresarial Kingdom Holding Company y acusado de violar a la joven modelo española Soraya H. El príncipe saudí siempre lo ha negado, asegurando -sin aportar pruebas- que ni siquiera se encontraba en Ibiza cuando se produjo la presunta agresión sexual.