ROBERTO CENTENO
“De alumno brillante a tonto de la clase”, así definía el ‘New York Times’ el varapalo de la Comisión Europea diciendo que España no cumplirá sus objetivos de déficit ni en 2015 ni en 2016. Ambos están equivocados. El NYT yerra al denominar “alumno brillante” a un Gobierno que ha incrementado la deuda pública en un 46% del PIB en solo tres años y medio, que ha llevado la deuda exterior al nivel más alto del mundo desarrollado, que ha elevado el riesgo de pobreza y exclusión social 12,5 veces más que la media de la UE (1), según los últimos datos de Eurostat, convirtiéndonos en el país con la distribución más injusta de la renta y la riqueza de Europa y que tiene quebrado el sistema de pensiones. Y la Comisión Europea (CE) es peor, porque es su obligación esencial conocer las cifras de los países en vigilancia, y hablar de un déficit del 4,5% en un año casi terminado demuestra que no hacen su trabajo.
Que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) 2015 eran una chapuza y que los de 2016, elaborados deprisa y corriendo por orden del déspota de Moncloa, son infumables, era conocido y ha sido denunciado reiteradamente por aquellos que no estamos vendidos al poder. Pero una cosa son unas pocas voces clamando en el desierto vetadas por Moncloa en la casi totalidad de medios y otra muy diferente que quien acuse al Gobierno de mentir sea la propia CEy el FMI. La denuncia ha sido el último torpedo en la línea de flotación de un ‘Titanic’ que se está hundiendo por la desidia y la cobardía de un jefe de Gobierno que no ha movido un solo dedo para defender la legalidad y la unidad de España, y cuya gestión económica ha sido desastrosa para la inmensa mayoría de los españoles, por lo que no es de extrañar que suscite el rechazo de más del 70% de los ciudadanos.
El déficit de 2015 será superior al de 2014
El pasado 3 de agosto publiqué un artículo titulado “Presupuestos 2016: los más falsos en 40 años”, donde se exponían las contradicciones flagrantes y el hecho de que partían de la base del cumplimiento estricto de los PGE-2015, lo que en ese momento ya se sabía que era clamorosamente falso por los enormes descuadres en las cuentas de la Seguridad Social y de las CCAA. Dos meses después, las diferencias, lejos de disminuir, se han incrementado, lo que ha obligado a la CE a exigir la elaboración de unos nuevos Presupuestos que reflejen la realidad de nuestras cuentas públicas. La previsión de 2015 es falsa, como demuestran todas las cifras conocidas. La de 2016, basada en que la de 2015 se cumple y en crecimientos que no se darán, es ciencia ficción, y la de 2017 es simplemente demencial.
2014 | 2015 | 2016 | 2017 | |
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Administración central | -3,5 | -2,9 | -2,2 | -1,1 |
Comunidades autónomas | -1,0 | -0,7 | -0,3 | 0,0 |
Corporaciones locales | 0,0 | 0,0 | 0,0 | 0,0 |
Seguridad Social | -1,0 | -0,6 | -0,3 | 0,0 |
Total AA.PP. | -5,5 | -4,2 | -2,8 | -1,1 |
Antes de entrar en detalle hagamos dos cálculos muy sencillitos, algo así como la cuenta de la vieja. El primero es que el déficit oficial acumulado a julio para el conjunto de las admninistraciones públicas (AA.PP.) fue del 3,13% del PIB; si lo extrapolamos linealmente a fin de año, sería del 5,4%. Ahora bien, el déficit no evoluciona linealmente, el año pasado las necesidades de financiación crecieron mucho más en el cuarto trimestre, por lo que la extrapolación lineal es mas probable que infravalore la realidad que lo contrario. El segundo es que la deuda del Estado en circulación a septiembre se había incrementado en 73.000 millones de euros o el 6,8% del PIB, frente a una previsión de incremento de 47.000 millones en los PGE de 2015, y aunque no tiene por qué coincidir con el déficit, es imposible una diferencia tan enorme.
Pero vayamos por partes. El sistema de la Seguridad Social, según el IGAE, registró hasta julio de 2015 un déficit en términos de caja que dobla el de 2014. Los ingresos por cotizaciones sociales cayeron un 0,7% a julio frente a una previsión de incremento del 6,8% en los PGE 2015, y los pagos por pensiones subieron un 3,8% frente a una previsión del 3,2%. Si el déficit de la Seguridad Social en 2014 fue del 1% del PIB, si a julio de 2015 el déficit era el doble que en 2014, lo lógico es pensar que el déficit a fin de año será también el doble, ya que las tarifas planas y los empleos basura que aportan mucho menos que los que desaparecen convierten en permanente el nulo crecimiento de ingresos, mientras los gastos van a más. Es decir, el déficit de 2015 de la Seguridad Social más probable a día de hoy es del 2%, y lo que es peor, en 2016 puede llegar al 3% o 10 veces lo previsto.
Respecto a las CCAA, superaron en julio el déficit para todo el año, al llegar a un 0,73%. Por si esto fuera poco, las CCAA en manos de la izquierda y del separatismo han expresado su voluntad de no respetar el objetivo de déficit. Así las cosas, ¿hay alguien en su sano juicio que piense como afirma Rajoy que el déficit se cumplirá a final de año? Extrapolando la tendencia a fin de año, el déficit de las CCAA sería del 1,2%, pero como los nuevos gobiernos regionales están sacando todas las facturas pendientes escondidas en los cajones por el PP y además el lema con el que ganaron las elecciones es que la austeridad se había terminado, lo probable es que el déficit final esté por encima del 1,5% del PIB.
Y luego queda el déficit del Estado, porque el de las corporaciones locales podemos aceptar que sea cero. Y estamos un poco en lo mismo, no tan grave como en los dos casos anteriores pero en una situación muy similar. A fin de julio, según el IGAE, el déficit del Estado era del 2,41% del PIB, pero de esta cifra tenemos que deducir un superávit de los organismos de la Administración central del 0,21%, lo que da un déficit neto del 2,20%, que extrapolando linealmente nos daría una estimación de déficit a fin de año del 3,9%, frente al 2,9% previsto. El año pasado la extrapolación lineal de las cifras de julio clavó el resultado a diciembre. Aquí, sin embargo, no podemos infravalorar la capacidad de Cristóbal Montoro para esconder facturas, y el que venga detrás, que sabe que no será él, que arree.
La difícil disyuntiva de Cristóbal Montoro
Aquí tengo que hacer un inciso referente a la entrevista publicada en ‘El Mundo’ en la que Montoro pone a caldo con toda razón a Aznar, a Margallo, a Guindos y a Moragas, el autor de la memez de la economía “con alma”, lo que ha incendiado el PP. Pero menciona un tema esencial que es justo lo contrario de lo que afirma: “¡Yo sabía que esta política era la correcta!”. No, Cristóbal. Con todo el aprecio que siento por tí como antiguo alumno mío, esta no es la política correcta y tú lo sabes mejor que nadie. La política correcta era la que tú me dijiste que pensabas hacer y que no hiciste porque te dejaste torcer el brazo por tu indigno jefe, tú sabrás por qué. Tú no eres como el inútil de Solbes, que nunca supo por qué la economía crecía y ni mucho menos por qué se hundía. Tú sí sabías lo que había que hacer.
La política correcta era la que me explicaste: bajar impuestos, recortar el inaudito despilfarro público y acabar con el cachondeo de las CCAA interviniendo a las que no cumplieran. “Les enviaré a los hombres de negro”, me dijiste. ¿Y qué pasó después? Pues que has tenido que entregar más de 100.000 millones de euros a interés cero a los políticos mas golfos e ineptos de Europa y a los enemigos de España para financiar la secesión. Y por supuesto que no debes nada a los oligarcas del Ibex, pero De Guindos te obligaría a destinar cientos de miles de millones a tapar sus agujeros cuando tú no les hubieras dado ni agua. Difícil lo tienes si, como dices, quieres justificar que la política que te obligó a hacer el presidente más inculto de Occidente para proteger a los poderosos era la correcta, y que la tuya, la de un catedrático por oposición de Hacienda Pública, no lo era.
Y ahora solo queda sumar. Si tomamos déficits menores y suponemos que Montoro conseguirá cuadrar el del Estado a martillazos, habría que incrementar un punto el de la Seguridad Social y en 0,5 el de las CCAA, por lo que el déficit mínimo será del 5,7%, mayor que el de 2014. Pero será un nuevo Gobierno quien tendrá que lidiar con el tema, y en lugar de pasarse la legislatura hablando de la herencia recibida deberán arreglarlo, en particular las pensiones, que tendrán que bajar un 20%. Y es sencillísimo: suprimiendo las duplicidades entre AAPP y cerrando la mitad de las empresas públicas inútiles, el ahorro sería de 50.000 millones año, lo que permitiría pagar las pensiones de viudedad y orfandad (23.000 millones) con cargo a impuestos, y así alejar la quiebra de la Seguridad Social indefinidamente. Alguien debería ponerlo muy clarito en su programa, ¡son 9,5 millones de votos!
Y por último, 2016. El gran problema es que las diferencias son acumulativas, los PGE chapuceros improvisados en 15 días por orden del autócrata parten de la base de que las previsiones de 2015 se cumplirán, lo cual demuestra hasta qué punto llega el grado de mendacidad de Rajoy, porque cuando se hicieron los PGE 2016 ya se sabía que las cifras de 2015 eran ciencia ficción. Un ejemplo numérico que cuantifica la magnitud del disparate. Los ingresos de la Seguridad Social se estima crecerán el 6,7%, pero no sobre lo que se va a recaudar en 2015, sino sobre lo presupuestado; lo que significa que para que se cumplan las previsiones, los ingresos tendrán que crecer en un 14%, cuando la cifra probable es cero.
Es obvio que, como ha exigido la Comisión, el nuevo Gobierno tendrá que tirar a la basura los Presupuestos de Rajoy y elaborar otros nuevos. Lo que salga de ahí va a obligar a un cambio drástico en el Estado de bienestar, y particularmente en las pensiones, o a un recorte del despilfarro político, como se ha explicado. Y no es todo el recorte posible, hay otros 45.000 millones de euros de ahorro posible más si hay competencia en las compras de bienes y servicios por parte del sector público, que hoy se realizan en régimen de monopolio.
El dilema es claro: o priman los intereses de la oligarquía política y de los monopolistas del Ibex o el de la mayoría de los españoles. ¿Saben quién suministra el gas y la electricidad a la sede del Gobierno británico? Los alemanes de E.On, porque hicieron la oferta más barata. Rajoy lo tuvo claro desde el principio y lo expresó con contundencia: “Eso (los intereses de la casta y de las élites) ni se toca”. Esperemos que el nuevo Gobierno no piense lo mismo, aunque Rajoy en una arenga desesperada a sus desmoralizadas huestes les haya prometido 150 escaños y dos huevos duros.
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(1) Según los últimos datos de Eurostat, el número de personas en España en riesgo de pobreza y exclusión social pasó del 26,7% en 2011 al 29,2% en 2014 (13,4 millones de personas), mientras que en la UE apenas creció desde el 24,2% al 24,4%. Esta es la economía “con alma” con la que su jefe de campaña Moragas quiere salvar a Rajoy, y de la que hasta el propio ministro Montoro se cachondea.