(Foto: Partido Socialista) Cercanía del elegido al elector El presidente del Congreso de los diputados de la Monarquía de partidos española, José Bono, ha declarado en la 31 festividad institucional de su Ley fundamental (bis) que “habría que reformarla en el sentido de su ley electoral para que el político elegido esté más cercano a su elector”. Es decir, propone una reforma que inconscientemente critica a uno de los pilares del Estado de Partidos. La declaración no tendría la mayor importancia en países como los EEUU, Suiza, e incluso en el Reino Unido, pero en una nación como la nuestra, ¿qué quiere decir?, ¿qué presupuestos jurídicos y sociales la sustentan? En primer lugar la declaración habrá que verla en el plano mediático y estadístico de la última encuesta a los “ciudadanos españoles” que afirmaron en un 80 % que la constitución necesita de reformas. En tal sentido José Bono colige que el descontento de los españolitos estará en algo que él desde su posición privilegiada del hemiciclo puede observar en cada sesión legislativa: que los diputados de España no representan realmente a sus electores; más bien a sus jefes de partido. En definitiva, que los elegidos no representan, ni directa ni indirectamente, al pueblo español. En segundo lugar, José Bono comprende que una verdadera cámara de diputados en la que sus miembros “no tengan cercanía” al elector no es un verdadero Parlamento en el que estén representados los electores porque éstos no pueden pedirles cuentas a sus “representantes”. Y, en tercer lugar, que pasados treinta años de la Ley Fundamental (bis) todavía no se ha podido conseguir en España la representatividad moderna de los parlamentarios, ni un mecanismo jurídico que garantice la independencia de origen del poder legislativo. ¡Y todo ello nos lo dice el mismo presidente del parlamento! ¡Hagámosle caso, aunque sea por una vez!