“Ahora todos exigimos saber cuando viaja la Familia Real, donde y como. Uno de los más exigentes es Trevijano, siempre dispuesto a ensalzar la República. Precisamente cuando el Gobierno echaba para atrás el viaje de Doña Sofía al Jubileo de Isabel II, saltaba la noticia: García Trevijano y sus “boys” demandaban al rey por presunto cohecho en el viaje a Bostwana. Algunos han calificado la iniciativa de “machada”, ellos sabrán. Pero Trevijano no está en el mejor momento para envalentonarse y hablar de cohechos”.
La periodista Carmen Rigalt firmaba estas palabras en su crónica del pasado domingo en la última página de El Mundo, la cual fue objeto de respuesta desde Radio Libertad Constituyente. Lo hizo el propio aludido, que reclamó además una rectificación pública a la autora, a quien llamó telefónicamente sin obtener respuesta, “pues la conozco y hasta hoy tenía una buena opinión de ella como persona”.
Trevijano precisó que “no he sido exigente con la Monarquía en nada que haya sido accesorio o banal. Yo he criticado al monarca por razones políticas, filosóficas y profundas, y no porque los reyes sean más simpáticos o sinvergüenzas, ni más dicharacheros o severos. Eso me trae sin cuidado. Jamás he tenido en cuenta si viaja solo o acompañado de amigas, queridas o princesas, o si mata o no elefantes. Eso lo desprecio y no lo he hecho en mi vida, por lo tanto es falso que yo sea el español más exigente con los viajes privados del rey, que a mí me importan un bledo”.
Sin embargo, confirmó que “en efecto sí soy republicano y republico y me siento un verdadero filósofo de la República. Como soy pensador y tengo orgullo de serlo, me importa muchísimo lo que afecta a todos los españoles y la conducta del monarca les afecta. A nadie le puede ser indiferente que el jefe del Estado sea corrupto. También es cierto que estoy dispuesto a ensalzar la República, pero no toda clase de repúblicas, jamás he alabado la II República, por ejemplo. Yo defiendo una moderna República Constitucional para España que sea modelo de democracia política y de honestidad pública”.
