“Yo no he tenido ni tengo ninguna cuenta en ningún paraíso fiscal. Quiero que Mas diga exactamente lo mismo para despejar cualquier duda. Y si lo dice, tendrá mi apoyo político y personal”. Las palabras del candidato socialista a la Generalitat, Pere Navarro, en un mítin en Girona decepcionaron a muchos correligionarios suyos pero no sorprendieron a otros: el PSC aspira sobre todo a gobernar con CiU, disputándole a ERC su papel de socio.
Para “despejar cualquier duda y sospecha”, como le reclama Navarro a Artur Mas, sólo hacía falta un simple requisito: presentar en el juzgado una demanda contra el periódico “El Mundo”, que se había hecho eco de las pesquisas de la Unidad Central de Inteligencia Económica y Fiscal (UDEF) y de la Brigada de Blanqueo de Capitales. Esa denuncia contra el mensajero probaría la inocencia de los acusados y bastaría su sola mención para que el PSC-PSOE prestarse su “apoyo político y personal”. A las pocas horas, tanto Jordi Pujol como Artur Mas anunciaban que presentarían esa denuncia.
La única que ha sacado algo los pies del tiesto ha sido Carmen Chacón, que ahora tiene poco peso en el partido tras perder el poder y significarse como una mujer de la confianza de Zapatero. La ex ministra de Defensa ha sido la única que ha denunciado en un mitin del PSC que a CiU “no le importan las fronteras cuando se trata de desfalcos” y ha llamado a la movilización del electorado socialista para decirle a los nacionalistas que “éste es un país decente”.
“Ahora entendemos que el Estado propio que quieren no era para los catalanes, sino para ellos -CiU-. Quieren un Estado propio, pero para apropiárselo ellos. Han puesto a Cataluña en el foco de la corrupción como nunca ha estado. Para ellos poder y dinero, da igual si en México, en Argentina, en Suiza o en Liechtenstein. Para los desfalcos no les importan las fronteras. Os pido que salgamos a decirles que éste es un país decente.”, concluyó Chacón.