Ganamos (foto: mysi marie) Acción y condición O tan lejos, tan cerca. Baraca Obama representa un renacimiento político para la sociedad estadounidense y simboliza el triunfo de la virtud -estrechamente asociada a la República desde Montesquieu- para la Humanidad. Los españoles naufragamos en mitad de esos dos emocionantes océanos. Entre la acción de la persona que no puede tenernos en cuenta aunque quiera, condición de la Política y del Obama hombre, y la maravillosa convicción de que la revolución es posible, condición de la Historia y del Obama mito. Si el idealismo es lo suficientemente real como para afianzar el sentido de sí misma que, como una proyección, necesita la existencia humana; y si es lo suficientemente realista como para reconocer el origen de su energía en los hechos de la Naturaleza (que incluye todo lo humano), no teme que las acciones de aquellos que lo encarnan puedan enfriar la fuerza moral que desprende. La condición del símbolo, y no la acción del hombre, inquieta al idealista sin desesperanzarlo. La ideología sin ideal, que significa la decadencia del pensamiento, encumbra los malos sentimientos y reedita las obras mediocres para que, al menos, el placer para-estético de reconocer lo conocido por todos alumbre la vida social. Ante esta situación, sólo un anestesiado (y el escepticismo lo suele estar) sería capaz de no sentir la convulsión moral que emana de la elección del señor Obama. Pero no se puede compatibilizar, y es contrario tanto al idealismo como al realismo político, lo que se es y aquello de lo que se está convencido con lo que no se puede ser (utopía) o sólo puede ser de otros (ideología, propaganda). La acción y su juicio son presente; la condición y su conocimiento son el presente visto con los ojos de lo sucedido; la convicción y su causa, el presente visto con la mejora que la fe añade al futuro. Imposible aunar todo en uno, ni siquiera cuando ese uno es don Baraca Obama, quien ha conseguido el más difícil todavía. Por otra parte, no hace falta; cuando el nosotros es universal (condición del ideal), sus victorias también serán nuestras.