La abstención fue la primera opción en la provincia de Lleida con un total de 92.312 electores que suponen un 30,72% del censo. Por detrás de la abstención estuvo CIU, que solo obtuvo 88.636 votos que le otorgan 8 escaños, uno menos que en el 2010. El tercer puesto lo ocupó ERC con apenas 35.833 votos, ganando sin embargo dos escaños con respecto a las anteriores elecciones, 3 en total. El PP consiguió unos pobres 23.269 votos con los que se mantiene con 2 escaños, por delante del PSC que tan solo se hizo con 21.466 votos y pierde 2 escaños, quedándose con 1. CV-EUiA (IU) también consiguió un solo escaño.
Los votos blancos, nulos y a 11 partidos extraparlamentarios lograron 28.000 votos, más que el PSOE y PP, lo que da idea del desperdicio que han supuesto como alternativa a la partitocracia catalana. Su abstención hubiera ahondado aún más la distancia entre los ciudadanos y los partidos políticos, que aún así no han podido impedir que los abstencionarios puedan hacer valer su voz como tendencia política más seguida en Lleida.