La tan esperada unión de la Plataforma de Convergencia y la Junta Democrática de España se produjo por fin el 26 de marzo de 1976 naciendo Coordinación Democrática. La unión se precipitó en marzo por varias razones. Ruiz Giménez, de Izquierda Democrática con el PSOE en Plataforma, comunicó a Antonio García-Trevijano a mediados de marzo que Plataforma deseaba negociar la fusión con la Junta Democrática. A García-Trevijano le extrañó que el PSOE venciera sus recelos y decidiera unirse al PCE, su adversario político. Pero el abogado de Granada había tenido conocimiento por el comisario europeo Claude Cheysson de los planes de Kissinger de apartarle del protagonismo político y del papel privilegiado que se le había reservado al PSOE y por ese motivo decidió precipitar la unión.
El nombre de Platajunta fue una creación periodística, Coordinación Democrática aspiraba a ser algo más que la unión de los partidos que se encontraban en la Plataforma y la Junta, enseguida empezaron las negociaciones para que se incorporaran los grupos unitarios de la oposición de las regiones y se invitaron a otras fuerzas que no estaban en la Plataforma y la Junta a unirse. La declaración de Coordinación Democrática lleva el título A los pueblos de España. Fue firmada por CCOO, Grupo Independiente, Movimiento Comunista, Partido Carlista, PCE, PSOE, PSP, Partido del Trabajo de España, UGT, Unión Social Demócrata Española y pendiente de ratificación, el Partido Democrático Popular y la Izquierda Demócrata.
Los partidos firmaban los compromisos de las declaraciones programáticas como un mero trámite. La prueba es la inconstancia en su defensa, la idea particular y equivocada que muchos se hacían de la ruptura democrática y sobre todo, la facilidad con la que todos traicionaron los compromisos firmados cuando se les ofreció la legalización y la posibilidad de participar en un régimen parlamentario tipo europeo continental con ley electoral proporcional. La mentalidad de partido estatal no concebía que individualidades pudieran protagonizar la acción política, por este rechazo García-Trevijano y los independientes que le seguían tuvieron que constituirse en el Grupo Independiente, que no era un partido político. Para los partidos estatales sólo sirven las siglas, la participación política, como quedó escrito en la llamada Constitución del 78, sólo es posible a través de los partidos. La ruptura democrática era defendida sinceramente sólo por Trevijano y los independientes porque no tenían identificación ideológica o la dejaban de lado porque lo primero era la conquista de la libertad política colectiva y eso no era entendido por los partidos. Trevijano y los independientes eran una representación de la Nación, chocaron inevitablemente con los partidos que aspiraban a incorporarse al Estado.
La creación de Coordinación Democrática no gustó nada en el Régimen de Juan Carlos, sucesor de Franco, ni en el Departamento de Estado de Henry Kissinger. El ministro de Gobernación y Vicepresidente de Interior, Manuel Fraga Iribarne, estaba especialmente molesto. En una entrevista con el embajador estadounidense Wells Stabler el cinco de abril, Fraga se mostró muy enfadado por la decisión de Felipe González y Ruiz Giménez de unirse a la Junta Democrática con los comunistas en un momento en el que el Gobierno estaba en negociaciones con el PSOE y la democracia cristiana y dijo que eso demostraba lo poco fiables que era esa gente, Felipe González les había manifestado que no deseaba colaborar con los comunistas y que su cambio de parecer en tan corto espacio de tiempo mostraba que no era de fiar. Dijo Fraga a Stabler que el partido socialdemócrata alemán (SPD), que estaba dando a González un importante apoyo financiero, intentaría persuadirle. Respecto al partido comunista, Fraga dijo que el gobierno dejó claro que si se estaban quietos durante año y medio reconsiderarían la prohibición actual. ¿Esperaban que el PCE aceptara quedarse al margen del proceso político de la reforma? En cualquier caso, esto indica que el Régimen había asumido que la legalización del PCE tendría que hacerse tarde o temprano. [1]
Los motivos por los que el PSOE, el partido más importante en Plataforma, y la democracia cristiana decidieron unirse a la Junta no fue por la defensa de los principios bajo los que se fundó Coordinación Democrática: la ruptura democrática, la apertura de un periodo constituyente, la consulta popular sobre la forma de Estado y de Gobierno y la restauración de las libertades y derechos políticos durante ese periodo. Lo que motivó el acercamiento del PSOE fue más bien el fracaso de las negociaciones con el gobierno de Arias y la no obtención de sus exigencias, especialmente la deseada ley electoral proporcional. Coordinación Democrática era para el PSOE y la democracia cristiana una herramienta para presionar al gobierno.
Ruiz Giménez y dos miembros más de Izquierda Democrática visitaron al embajador Stabler el doce de abril para mantener una conversación y dice Stabler que Ruiz Giménez parecía a la defensiva, incluso arrepentido, respecto a la creación de Coordinación Democrática, en la que estaban los comunistas. Ruiz Giménez parecía disculparse cuando decía que las condiciones que su partido y el de Gil Robles habían impuesto harían incluso que la Platajunta ni siquiera llegara a ser una realidad. Stabler finaliza el cable diciendo que la opinión que se forma tras esa conversación es que Ruiz Giménez siente que ha ayudado a crear un monstruo que ha causado una fuerte reacción en la extrema derecha y en el gobierno. [2]
Si Coordinación Democrática dirigió su acción política de una manera clara a la consecución de la alternativa democrática fue por el empuje de García-Trevijano. Éste se convirtió en un obstáculo tanto para el Régimen como para los partidos de la oposición que terminaron traicionando la ruptura y sumándose a la reforma del gobierno.
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[1] Cable 1976MADRID02645_b; [2] Cable 1976MADRID02908_b; Public Library of US Diplomacy, Wikileaks.org