ROBERTO CENTENO.
El pasado lunes la mayoría de medios nacionales se mostraron encantados por la derrota de Mas; también Rajoy, que, aparte de felicitar efusivamente a su desastrosa candidata, dijo que la prensa internacional había valorado muy positivamente el resultado de los comicios. Nada más lejos. Los grandes medios económicos internacionales, desde Bloomberg al Financial Times, pasando por el Wall Street Journal y los principales bancos de inversión, no ocultaban su preocupación por el resultado, ya que si bien CiU ha perdido el 20% de los escaños, estos los ha ganado ERC, la formación más ultraizquierdista de Europa. Los partidos secesionistas poseen el 55% de los escaños, pero mucho más radicalizados. “Cataluña se encamina hacia un periodo de fuerte inestabilidad política”, resumiría el martes Financial Times en primera plana.
Nadie va a arriesgar un euro en Cataluña, y la recomendación de los bancos de inversión es que, si se quiere invertir en España, Madrid es la única opción y de Cataluña se ha de salir cuanto antes. Adicionalmente, el Departamento de Estado de EE.UU. está seriamente preocupado porque una Cataluña independiente sería un elemento desestabilizador en el Mediterráneo, porque es el centro europeo del yihadismo y de reclutamiento de potenciales terroristas, y porque es el paraíso de todas las mafias europeas. Sus agencias de seguridad, en colaboración con las Fuerzas de Seguridad españolas, mantienen una vigilancia estrecha, pero consideran a los Mossos, infiltrados por ERC y la izquierda radical, absolutamente ineficaces contra el yihadismo y el crimen organizado.
Volviendo a la inversión, para las multinacionales de alimentación y farmacia en Cataluña -que ya habían dejado de invertir, excepto en mantenimiento, y estaban considerando marcharse- el resultado del 26-N acelerará el proceso. “De las diez mayores empresas por volumen de operaciones con sede en Cataluña, dos han señalado que se trasladan fuera, y el resto lo hará si la secesión va adelante”. Coca-Cola ya está trasladando sus plantas de embotellado a Madrid y Procter & Gamble igual. Las multinacionales representan alrededor del 15% del PIB y del empleo de la región, pero sobre todo son responsables del 30% de las exportaciones. El déficit exterior en 2012 de Cataluña -estimado con datos a septiembre- es del 6% de su PIB. Sin las multinacionales, pasaría al 13,5 %, una cifra inasumible. El puerto de Barcelona perdería un 70% de su tráfico, que va destinado al resto de España.
Y lo que resulta alucinante es la irresponsabilidad de Rajoy, quien, sin hacer el más mínimo cálculo ni económico ni político, afirmó que ayudará a la “gobernabilidad” de Cataluña con nuestro dinero. Y ello cuando CiU se ha echado al monte de la mano de ERC; cuando, si la separación se materializa, al minuto siguiente exigirán la anexión de Valencia, Baleares y Aragón, y cuando Mas está alentando el boicot a los productos no catalanes, en versión aumentada del “compreu, no compreu” del bachiller Montilla. Cuando nosotros compramos cinco veces más productos catalanes que ellos no catalanes, cuando la Caixa, que tiene el 60% de su negocio fuera de Cataluña y recoge los ahorros de millones de no catalanes, tiene la obligación estatutaria de prestar o invertir ese dinero en Cataluña prioritariamente, el boicot a lo no catalán es sencillamente intolerable.