La princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, de 47 años, divorciada, madre de dos hijos y vinculada sentimentalmente al Rey Juan Carlos, fue agasajada como reina por las autoridades de Emiratos Árabes Unidos durante un viaje a la capital del país, el pasado mes de noviembre, para acompañar al jefe del Estado al Gran Premio de Fórmula 1 de Abu Dabi, según han revelado a El Confidencial fuentes diplomáticas. El asunto fue enjuiciado críticamente en Radio Libertad Constituyente y Trevijano se explayó sobre las consecuencias políticas, morales y legales de esta actitud del rey. Corinna no sólo ha sido vinculada sentimentalmente con el monarca, sino que ha actuado en muchas ocasiones como representante suyo ante gobernantes y empresarios en varios países árabes.
El Rey y su amante viajaron a Abu Dabi, la capital de los Emiratos Árabes, tras aceptar la invitación del jeque Mohamed bin Rashid al Maktoum. También lo hicieron los presidentes de Suráfrica, Jacob Zuma; Ruanda, Paul Kagame; Gabón, Ali Bongo Ondimba; la República de Guinea, Alpha Conde; Chechenia, Ramzan Kadyrov, y Seychelles, James Alix Michel, así como miembros de las familias reales de Arabia Saudí, Jordania, Omán y Qatar. Casi todos ellos acompañados de sus respectivas esposas, según El Confidencial.com
Mientras Don Juan Carlos y los demás jefes de Estado presenciaban el Gran Premio de Fórmula 1 y celebraban diversos encuentros de carácter privado, sus esposas mantenían una agenda paralela sólo para mujeres, ajustándose así al estricto código social de la inmensa mayoría de los países árabes, donde hombres y mujeres se reúnen por separado. La princesa Corinna, según las fuentes diplomáticas consultadas por El confidencial.com, recibió en todo momento el mismo trato que las demás consortes presentes en Abu Dabi.
La amiga del Rey, por ejemplo, asistió a un almuerzo en el palacio de Al-Bahar ofrecido por la jequesa Fatima bint Mubarak, viuda del emir de Abu Dabi -no fue su única esposa, pero sí la favorita- y Madre de la Nación, título que ostenta desde el fallecimiento de aquél. El banquete, según las mismas fuentes, se celebró en honor de las primeras damas presentes aquellos días en Emiratos Árabes. Y a él acudieron, además de la princesa Corinna, las esposas de los presidentes de Suráfrica y Ruanda o las consortes de varios jeques y ministros del país anfitrión.