Lo que está sucediendo en Siria es uno de los sucesos más importantes de la actualidad pero no únicamente por todo lo que está sucediendo en las Naciones Unidas sino porque es una de esas noticias en las que, a veces, no se le da la importancia suficiente a la masacre que, día a día, se está haciendo en la provincia de Homs, machacando día a día con tanques, bombarderos, etc.
Los sentimientos y las emociones a menudo no han tenido buen predicamento en la historia del pensamiento. Sin embargo con el descubrimiento – si se puede llamar así- hace unos años de Daniel Goleman de la inteligencia emocional sabemos que, muchas veces, el éxito personal depende no de tu coeficiente intelectual sino de tu coeficiente intelectual, de cómo sepas gestionar tus emociones. También la humanidad tiene que saber gestionar sus emociones a nivel colectivo y, a veces, es necesario suscitar la emoción ante fenómenos como el de Siria. Fenómenos que necesitan una reacción porque a veces los políticos van por otra linea.
(…) Nos hemos habituado ya, y lo aceptamos sin reparo, a que la política se convierta en un utilitarismo atroz. Regímenes que proscribiríamos sin ningún problema, en cuanto empiezan a entrar los cálculos politicos -si tengo estas alianzas o estos intereses económicos- la defensa de los Derechos Humanos queda prácticamente en nada, que es lo que ha hecho la Asamblea General de la ONU.
Es el momento de reflexionar sobre el sentido de todos estos organismos internacionales que nacieron a raíz de la I Guerra Mundial -primero con la Sociedad de Naciones y luego con las Naciones Unidas. ¿De qué están sirviendo todas estas resoluciones de la ONU? El derecho internacional tiene un talón de Aquiles que es el que no tiene una coacción fuerte detrás para poder plantar cara. Habría que planteárselo porque en ello van muchas vidas.
Lo primero es pacificar el país y evitar las muertes. Conseguir una paz aunque sea provisional es fundamental. No podemos quedarnos indiferentes ante los miles de muertos. La gente de lo que vive es del ahora. Si yo vivo hoy y mañana me van a pegar un tiro en la calle tengo que estar preocupado. Hace falta pacificar esos países para que haya una discusión política verdadera. Por ejemplo, el 29 de este mes se vota la Constitución Siria; pero, ¿cómo se va a votar en estas condiciones? No puede ser; es una pantomima. Hay que volver a buscar la pacificación y que realmente la Primavera Árabe sea una reacción posible y real de contraste de opiniones y de posiciones políticas.
Intervención de Don Antonio García Paredes en Libertad Constituyente a 17 de febrero de 2012