ROBERTO CENTENO.
Si cogemos las cifras de la central de balances del BdE y las comparamos con las de Contabilidad Nacional coincidentes hasta 2008, ¿qué ocurre? Pues que en los últimos doce meses el resultado ordinario neto de las empresas (descontando amortizaciones y gastos financieros) cae un 20%. La incoherencia es absoluta. Si cogemos la evolución de parámetros fuertemente correlacionados, por ejemplo, las cifras de consumo de gasóleo-automoción, correlacionadas casi al 100% con las de PIB, o las del consumo de electricidad, correlacionadas algo menos, las coincidencias son totales hasta 2008. Desde entonces, han caído tres veces más que el PIB oficial. El PIB lleva cinco años sobrevalorándose una media del 2,2% anual, es decir, que el PIB real de 2012 es en realidad un 11,4% inferior al oficial. Más en concreto, la economía a día de hoy no está cayendo al 1,4%, sino al 3,6%.
En el caso del paro, para que en la EPA una persona sea considerada parada es necesario que durante la semana de referencia “haya estado buscando activamente empleo”; en caso contrario, el INE la clasifica como inactiva. Pero ocurre que una cifra de entre 400.000 y 500.000 personas, normalmente jóvenes con estudios terminados que viven con sus padres, aburridos de hacer gestiones infructuosas, no han hecho en esa semana concreta ninguna gestión; son “los parados desencantados”, en palabras del BdE, que ni los estima ni los incluye en ningún sitio. El resultado es que las cifras de la EPA están infravaloradas en, al menos, 400.000 personas. En concreto, frente a una cifra oficial de parados de 5,8 millones hasta septiembre, la cifra real es de entre 6,2 y 6,3 millones de parados.
Es absolutamente escandaloso que, ante descuadres tan clamorosos, Eurostat no realice una auditoría a fondo para investigar cómo se hacen los cálculos de Contabilidad Nacional. Y más inaceptable si cabe, que instituciones privadas, que publican periódicamente análisis sobre la economía española como el BBVA, acepten como verdaderas cifras que saben manifiestamente falsas y después razonen sobre ellas. Supongo que los análisis internos serán los reales, porque, si no lo son, deberían poner en la calle al Servicio de Estudios al completo.
Las mentiras del déficit
El objetivo de déficit 2012 quedó establecido en el 6,3% del PIB. Pero ahora llega Rehn y dice que si es un 8%, la última cifra estimada por la Comisión, tampoco pasa nada (¡la que le montó el PP al indigente mental por lo mismo!). Pero es que ni 6,3, ni 8%, ni nada parecido. El déficit del Estado a septiembre ha sido de 46.100 millones de euros, y el objetivo del año es de 47.200; en el mismo periodo de 2011, el déficit fue de 37.500 millones y el de fin de año de 53.000; una extrapolación optimista nos llevaría a 61.500. Optimista, porque la consolidación fiscal se suponía que se centraría en la reducción del gasto corriente, y este ha subido el 11,8% a septiembre; optimista porque, con la inflación desbocada (3,5% a octubre) y la concentración del ajuste fiscal a fin de año, lo que queda será peor.
Sin embargo, ahora llega Rajoy y dice: “Hay que bajar el déficit como sea”. Y tiene razón el presidente porque, si después de haber expoliado a muerte a familias y empresas el déficit no baja, ¿cómo va a decir que hace lo correcto? Así que Montoro, atento a los deseos del jefe, que en lugar de sustituirle hace la vista gorda en lo de sus amigos de la solar (que nos costará 1.000 millones de euros/año), ordena a Loterías que se endeude en 6.000 millones, que se los dé, y zas, el déficit del Estado baja en esa cifra, y además “aquí no se paga un euro a nadie excepto a nosotros mismos”. Y no están incluidas las pérdidas por las ayudas a instituciones financieras, algo que es simplemente de cárcel. ¿Cómo puede el Gobierno dedicar decenas de miles de millones a salvar bancos inviables, expoliando a una nación arruinada y al borde del desastre?
Y luego vienen CC.AA. y Ayuntamientos. Vamos a ver, presidente, si no conoce los descuadres de las CC.AA., porque el descontrol es total, ¿cómo vas a saber los de los demás? Lo que sí sabemos es que hemos tenido que rescatar a estos señores en vez de meterlos en la cárcel, y que nos ha costado 60.000 millones. Y da igual cómo Montoro cocine esa cifra: esos 60.000 millones de “adelantos”, que no recuperaremos, son déficit. Y además, el 1,5 + 0,3= 1,8% del PIB oficial, o sea 60.000 + 18.900= 78.900 millones, sin contar los cajones llenos de facturas. Luego, la Seguridad Social: los gastos aumentan al 3,2% y los ingresos caen al 2,5%, los gastos en desempleo han subido un 7,5% en septiembre, que compara con una previsión de descenso del 5,5% para todo el año. ¡Unos fenómenos presupuestando!. El desfase será de unos 3.000 millones.
Sumemos: déficit Estado estimado con datos a septiembre, 61.500. Luego, la escandalosa subvención al sistema financiero, pero a efectos de déficit hay que considerar lo entregado, no todavía la salvajada comprometida y avalada. Y aquí hay un nuevo problema: con muchos meses de retraso nos enteramos de que 11.000 millones de dinero del FROB no son recuperables, por lo que son déficit 2011, pero no se incluyeron. Si lo incluyen, aún no sabemos qué harán, el déficit oficial de ese año será del 10,4%. ¿Se acuerdan en mayo cuando el Gobierno envió a Bruselas el déficit definitivo del 8,5%? ¿Pero cómo los mercados siguen confiando en estostrileros? Y, ahora, lo entregado en 2012: lo que sabemos a ciencia cierta son los 9.000 millones a Bankia para capital y pérdidas del ejercicio, aunque será mucho más. Seguridad Social, 3.000 millones, y CC.AA. y Ayuntamientos, 78.900. Total, 152.400.
Este es el dinero que estos insensatos han gastado de más en 2012. El cómo lo financien, o todas las mil y una trampas que se les ocurran para ocultarlo, da exactamente igual. Esta es la cifra en dinero que sale del bolsillo de los españoles actuales, y financiado en casi su totalidad por la banca española. Luego, como porcentaje del PIB. Si cogemos el oficial, que será del orden de 1.028 billones, estamos en el 14,8% del PIB; si cogemos el PIB real, unos 900.000 millones, estamos en 16,9%.
El tema lo centró Draghi perfectamente en una conferencia pronunciada en la Universidad Bocconi (Milán) la semana pasada. Tuve la suerte de asistir. Afirmó, entre otras cosas, que “la consolidación de cuentas por parte de España es inaplazable y debe basarse en una reducción del gasto corriente y no en un aumento de impuestos”. En privado, Draghi está que trina contra Rajoy, al que considera un irresponsable total. Su política económica es justo lo contraria de lo que España necesita: ha destruido 500.000 empleos en nueve meses, profundiza la depresión y destruye la economía productiva. La prima de riesgo volverá a superar los 600 y la deuda de España se hará insostenible.