La tontería no tiene límites, atraviesa la materia y la deja vacía de sustancia inteligente. Un ministro de Hacienda puede decir lo mismo y lo contrario con apenas cinco minutos de intervalo y no pasa nada, traga el sapo de la mentira con veinte micrófonos en el perigallo y sólo queda el testimonio de su incompetencia; hubo un tiempo en que a un político se le pedía un mínimo de recursos interpretativos y una fachada de cínico que podía ponerte a la defensiva; ahora ,estos menguados deben de creer que la única vinculación con el cargo es la que cualquiera tiene con un décimo de lotería. El ministro Montoro es ejemplo cimero de esta estupefacción diaria con la que nos regalan las televisiones. Los no avisados han de ver tres veces la noticia para coger el truco.
Al parecer, han elegido a este ministro para que las diga todas a la vez, a ver si se ahoga y uno menos. En la misma comparecencia nos anunció nuevos pensamientos, sobrecogedoras revelaciones.
1ª.- El Estado de las Autonomías nada tiene que ver con un Estado del Despilfarro…
Vaya hombre, que lo de Jaime Matas…, lo de la cocaína ERE, ERE, la Gurtell valenciano -madrileña, el 5% de CIU, los viajes todo pagado, las tvs, los aeropuertos, las carreteras, los parlamentos…todo esto que por la ley natural de que del poder se tapa más de lo que se descubre, todo esto no es sino anécdota, una anécdota de los últimos tiempos.
Es decir, que somos tontos.
2ª.- El gobierno sigue creyendo en la bajada de impuestos…
Esto es, el gobierno no cree en lo que hace. Vaya gobierno pues. Cuando cambien las circunstancias haremos aquello en lo que creemos, pero mientras tanto haremos esto sin creer en ello, es decir , sin convicción y como ustedes saben, somos un gobierno y un partido con convicciones.
Podría a continuación añadir :
Defrauden, mientan, sean inconsistentes y tontos que ya, ya la Merkel nos arreglará.
Con lo fácil que sería : “Creemos que bajar o subir impuestos es conveniente según las circunstancias. Según estas así actuaremos.“
Pero como decíamos al principio la tontería no tiene límites, hasta el punto de que si no mienten no piensan que estén diciendo lo correcto. Es ingénito al sistema la mentira de los gobiernos y la candidez de los votantes.
