El 2 de diciembre de 2018, Carlos Santos, como otros repúblicos de Andalucía, ha salvado su dignidad rompiendo su voto ante la mesa electoral. En ese momento fue entrevistado por periodistas de televisión.
Este acto reúne en sí mismo varios significados. Es una demostración de integridad moral. Es una prueba palpable de que no se ha dejado atenazar por los poderosos mecanismos psicológicos con que la servidumbre voluntaria opera en nuestro inconsciente, y por tanto de que se es libre. Representa la acción colectiva encaminada a conseguir la hegemonía cultural en la sociedad civil, previa a una etapa de acción política que traiga una República Constitucional para España.
Los miembros y simpatizantes del MCRC muestran así a los españoles que, ante un régimen de poder que impide la democracia, la abstención activa es el único medio pacífico para denunciarlo y mostrar el camino hacia un proceso de libertad constituyente que implante la democracia como forma de gobierno, en el que:
– Los diputados sean elegidos por la única forma que hace posible la representación del ciudadano: el sistema uninominal mayoritario, por distritos pequeños, sin listas, ni abiertas ni cerradas.
– El jefe del Gobierno sea elegido por todos los españoles en distrito nacional único, con doble vuelta si es preciso, de forma que quede garantizada la separación efectiva entre el poder ejecutivo y el legislativo.
– La función judicial sea independiente.
Votando a listas de partido no se elige nada, es una mera ratificación de la lista de empleados del jefe de partido que van a ser enviados a un parlamento que no es tal. Un diputado no puede ser empleado de nadie, salvo de los ciudadanos de su distrito. Una persona honesta no puede participar en semejante fraude.
Gracias a todos los que, rompiendo vuestro voto, habéis demostrado ser leales, sinceros y libres.