Aparte la suprema extravagancia de Trump (único millonario americano desde 1776 que se declara de derechas en público), es curioso que sólo Hughes, que no vivió los 80, se salte el botaratismo del “jesusgilismo” para reparar en el glamour ochentero del trumpismo.
–Contra el dirigismo estatal, la libertad económica –dijo Reagan en España, donde no cabe decir blasfemia mayor.
Era mayo del 85 y el presunto Schulz del diario gubernamental, Peridis, con la gracia donde pican las avispas, dedicó a Reagan una viñeta nazi que glosaría el “Frankfurter Allgemeine”:
–El periódico español publica una caricatura de Reagan en postura de “cowboy” con forma de esvástica, la pistola en la mano y la frase: “No veo por qué motivo no va a llevar uno flores a sus colegas”. Éste es el tono con que uno se pone fuera de la civilización, denominador común de la reunión de Bonn, asamblea de los países industrializados, a la que España quiere pertenecer.
España recibió a Reagan con pancartas de “Madrid será tu Dallas”, mientras Guerra, el vicepresidente, se iba a Hungría, y Tierno, el cucañista que cobraba como alcalde, y que firmaba “Julián Andía” (“seudónimo de un conocido intelectual español, que por residir en España no puede firmar sus ensayos”) sus artículos para la Cia, ni se levantó de la cama.
El humorismo de los Krauze, que pinta bigotito de Hitler a Trump, o de los Vargas, que dice, campanudo, que “jamás América se empobreció intelectualmente tanto como con Trump” (?), es aún más viejo que ellos, faros de la inteligencia en el único periódico que ignoró el “caso Marchais”, líder comunista que en el 42 y 43 fue en Alemania trabajador voluntario (no deportado).
–Es que el jefe de Extranjero es comunista, y ha silenciado el asunto –dijo, en el 80, su director a Revel.
Es el gracejo del cretino Bill Maher, el Peridis de la HBO, contando que Melania “fue al Museo del Holocausto para animarse”:
–Melania, baby, you gotta knit yourself a pussy hat, I’m tellin’ ya!