Sjædric Moreno Coscoll
Hace ya tres siglos resonaron en las calles de Barcelona las palabras de Rafael Casanova: “…tots com a veritables fills de la Pàtria, amants de la llibertat, acudiran als llocs assenyalats, per tal de vessar gloriosament la seva sang i la seva vida, pel seu honor, per la Pàtria i per la llibertat de tota Espanya”.
El eco de esta proclama sigue sonando en las conciencias de los catalanes que no hemos estado contaminados por el veneno nacionalista. Los que hoy se atribuyen el derecho de celebrar el 11 de septiembre, como si fuese una extraña victoria, silencian estas palabras para apagar la verdadera conciencia catalana. Son estos mismos los que se disfrazan de patriotas catalanes para negar los valores manifestados por este bando y reclamar para Cataluña todo lo contrario por lo que lucharon.
Las mentiras llevan a las contradicciones y al absurdo. Por ello hoy celebramos esta Diada en pro de la verdad y contra los que niegan los valores que defendieron muchos catalanes ese nefasto 11 de septiembre. Los catalanes amantes de sus raíces somos acusados de anticatalanes. Pero nadie puede negar que ningún catalán de la Guerra de Sucesión hubiese estado dispuesto a dar su vida por las alocadas propuestas independentistas, antisociales o inmorales que defienden los estatistas catalanes.
Hartos de tantas mentiras y tergiversaciones salimos a la calle a proclamar nuestra fiesta, la de todos los catalanes, gritando: “Llibertat Constituent; Això no és democràcia; La Diada es de todos”.
Esta proclama resonó durante el acto institucional en el Paseo del Born junto a la rojigualda, mientras cientos de personas observaban estupefactos semejante unión. Incertidumbre y desconcierto ante tales consignas, pues el adoctrinamiento independentista de la Generalitat no define ni prevé dicho perfil ciudadano. El revuelo no cesó aquí, pues tuvimos que ser escoltados por siete mossos d’escuadra durante toda nuestra estancia, no sin antes, reivindicar nuestros derechos civiles de libertad de expresión y permanencia en vía pública. No obstante, personas interesadas se acercaron a preguntar y hacer fotografías al son de abucheos de “butiflers” rencorosos.
Como no, acabamos congratulados con unas cervezas y gratificación plena por el acto que realizamos, pues la Libertad Constituyente nos une, mueve y llena de esperanza y anhelo a los españoles que perseguimos tal fin.