Un juzgado ha admitido el pleito de Pablo Iglesias y su padre contra el periodista Hermann Tertsch y habrá juicio, según ha informado éste. La querella viene a cuenta de una Tercera (“El abuelo de Pablo”) publicada en ABC por el demandado hace poco más de un año. La tribuna es una exposición de acontecimientos pasados, una denuncia de las manipulaciones diarias de los historiadores adictos al consenso y un corolario antológico: la verdad es “la única fuerza capaz de hacer frente a la amenaza de un nuevo delirio de masas” en Europa.
Europa vuelve a estar amenazada porque se niega a ver en su presente la repetición de los errores de su pasado; porque los hechos son desfactualizados, posteriormente interpretados y finalmente presentados a la opinión pública, que sólo recibe lecturas interesadas que los titulares disfrazan de realidad.
Toda Europa continental (salvo Francia y sólo mientras dure la V República) son repúblicas de Weimar: sistemas proporcionales que suponen la anulación política del individuo y en los que han desaparecido los gobiernos y los parlamentos sustituidos por el escalafón de los partidos. Los ciudadanos se están rebelando contra este establishment. La UE está condenada a refundarse o desaparecer. Ante la amenaza del resurgir de los nacionalismos, las élites gobernantes eluden toda responsabilidad entre el desconcierto y la estupefacción que les produce no entender aún que son ellos los que han engendrado el monstruo que vuelve a reptar por Europa.
Los hechos son omitidos y resueltos con provinciana simpleza: quien se salga un ápice del pensamiento único será etiquetado con la fobia que más interese al establishment en cada momento y declarado enemigo de la sociedad.
Desnudar y exponer los hechos es hoy una tarea de riesgo. Tertsch se enfrenta a un juicio por ello. Sin la verdad de los hechos, la libertad es imposible. Lo sabe Tertsch y predica con el ejemplo al desnudar verdades personales en el mismo artículo que tanto ha molestado a los Iglesias. Sólo quien es enemigo de la libertad puede pretender disimular los hechos con interpretaciones.
El aventurero y aspirante a tirano Pablo Iglesias quiere liquidar la libertad de expresión. Y esto no es una opinión, es un hecho verificable con esta demanda y con su posicionamiento en contra de la existencia de medios de comunicación que no estén controlados por el Estado. Esta querella no es contra Tertsch, es contra la libertad, es contra ti, lector.
Así, del mismo modo que las amenazas de Catilina honraron a Cicerón, las querellas de los catilinarios de hogaño honran a quien las recibe. Y ese es el caso de Hermann Tertsch.