Balcón de la sede del PP (foto: La voz de Galicia) Desbandada partidocrática Lo que se celebró el pasado Domingo-20 no fueron unas elecciones de representantes de la población; fue un referéndum sobre partidos con aspiraciones a seguir instalados o a instalarse en el Estado para, dándole la razón, estatalizar sus partidarias sinrazones por si pudieran convertirse en totalitarias decisiones. Los resultados del referéndum multipartidos celebrado el pasado domingo han sido, probablemente, los más reveladores del sostenido declive del régimen político engendrado en los secretos pactos post-franquistas que condujeron al parto de la vigente Constitución partidócrata, partidaria y pro-nacionalista. Una Constitución que, con tanta premura como frescura, instauró la partidocracia en lugar de la democracia representativa. Así, nació prematuramente viva, siendo podridamente vieja; y hoy, con sólo 33 años, la Constitución partidolátrica escrita sobre la piel de toro ha devenido quebradiza pelleja. Su idolatrado Estado de Partidos está hecho trizas por deudas astronómicas contraídas en el casino socialdemócrata de pillos y ladrillos y en el burócrata desatino de juergas europeas y autonómicas. La corrupción merece especial mención, por ser parte anatómica del régimen sin haber sido contemplada en la Constitución. Respecto al referéndum de 2.008 y en números redondos, las listas socialistas del PSOE han perdido 4.300.000 refrendos, mientras que las listas «popularistas» del PP apenas han ganado 550.000. El hundimiento pesoísta da la mayoría absoluta a los pepeístas, aun sumando éstos menos votos que los obtenidos, en 2.008, por el PSOE zapaterista. La verdosa IU ha aumentado en 700.000 refrendos, mientras que la Rosa de UPyD ha subido 800.000. En el ámbito nacionalista, la catalanista CiU ha obtenido 235.000 refrendos adicionales, el vasquista AMAIUR emerge con 330.000 y el valencianista COMPROMIS-Q añade 95.000 refrendos a sus anteriores 30.000, obtenidos en 2.008 con una coalición equivalente aunque de nombre diferente. PNV, BNG, Coalición Canaria y Esquerra se mantienen hogaño; la navarra GBAI, con sólo 42.000 refrendos, se hace con un escaño. En el ámbito de la izquierda extravagante, que diría Gustavo Bueno, aparece con fuerza el ecualizante EQUO (sostenibilidad, «ecología política» y «empleo verde») que obtiene refrendos 215.000, mientras que el animalizante PACMA (Partido Animalista contra el Maltrato Animal) llega a los 100.000 desde 45.000. Aunque sea extraño, ninguno de esos dos partidos ha conseguido escaño. Los ilusos de Eb (Escaños en Blanco) han obtenido casi 100.000 refrendos que no les sirven para blanquear ningún escaño, mientras que ocupará un escaño el FAC (Foro de Ciudadanos) de Álvarez Cascos, pues sus 100.000 refrendos están, como la blanca leche, concentrados en la provincia asturiana. Las 46 formaciones con un número sensiblemente inferior a 100.000 refrendos partidistas suman un total de 475.000 votos sin ningún escaño. En 2.008 recibieron refrendos 29 formaciones políticas estadolátricas, mientras que, asombrosamente, ese número se eleva a 61 en el año presente. En 2.008, diez partidos se repartieron el hemicíclico bizcocho; en 2.011, para desconsuelo de tanto nuevo aspirante, sólo trece partidos se lo reparten. Finalmente, los votos nulos se han duplicado hasta 320.000 y los blancos han llegado casi a 335.000, tras una subida de 50.000. Por su parte, quienes no hemos votado sumamos 9.710.000, 1.350.000 personas más que en el referéndum de 2.008. En total, el número de refrendos sin escaño refrendado suma casi 900.000. El conjunto de personas “fuera” del régimen y/o contrarias a él suma, siempre en números redondos, 11.265.000; para este falso régimen sin sentido, los más sensatos y decentes son dementes forajidos. En una situación gravísima para España se despliega todo el anterior mosaico circense, donde cada partido está encantado de calentar sus castañas al fuego deudor del Estado. Si no fuera para tantas personas una grosera tragedia, podría tomarse a broma esta cabaretera comedia. Y no se olvide que a la desquiciante realidad partidocrática hay que añadir las 17 dispersantes autonomías burocráticas, cada una fogueando deuda sobre sus propias castañas. Todo esto resulta tan feo como trágico: la política es demagogia, la economía es hemorragia y, el Estado, fuego hemorrágico. Y algunas instantáneas fotográficas más: » El Presidente saliente, como buen jefe de partido, no se considera responsable de lo ocurrido. La culpa es del viento y sus contrarios soplidos, jamás de los infalibles postulados suyos y de su partido. Según parece, el mismo viento terrateniente que era dueño de la Tierra, destierra ahora al Presidente. » La debacle socialista, sin ideas y sin dirigentes, convierte a los populares en último recurso de la partidocracia recurrente. Como los partidos jamás reconocerán que su régimen se tambalea, al dar sus ciegos palos, a sí mismos se apalean y, mientras tanto, a todos nos zalean. » Rajoy, en mayoría absoluta, se siente solo y llama a todos para que le apoyen, aun sabiendo que ni los otros partidos le escuchan ni los ciudadanos le oyen. » La falta de representación ciudadana en las Cortes ha provocado que la sangría socialista se encauce hacia partidos regionalistas y atice fuegos de nacionalista castaña, todos encantados con la crisis del Estado y con la tisis de España. » Los partidos pequeños han alcanzado el más grande de sus sueños: ser comparsa irresponsable e irresoluta de un PP con mayoría absoluta. Una mayoría que les parece cicuta aunque para sí la quisiera cada pequeño recluta. » En medio de la sangrante crisis, los partidos del engaño andan a su apaño, unos botando, otros cantando, otros gritando: ¡Otro escaño! ¡Otro escaño! Creen que el acúmulo de refrendos los convierte en reverenciados reverendos. Mientras los españoles, colectivamente, no asumamos la responsabilidad que implica primero conquistar y después vivir en libertad. Mientras el Estado no se democratice y se constituya una Cámara de autorizados Representantes que reúna a personas elegidas en cada distrito electoral uninominal por mayoría de sus habitantes. Representantes con mandato imperativo, revocable y pagados por el distrito, reunidos en una Cámara que sólo apruebe leyes convenientes para la mayoría y respetuosas con la minoría. Mientras no pueda elegirse directamente, por mayoría de todos los españoles, a una persona que, con poder independiente pero controlado por la Cámara de Representantes, asuma responsablemente las tareas de Presidente, poniendo al Estado al servicio del contribuyente. Mientras la judicatura no se separe jerárquica y financieramente de los anteriores poderes del Estado. Mientras el Estado siga siendo un oscuro agujero vacío de verdades públicas contrastadas; un agujero con pasadizo secreto de información cuarteada hacia Bancos, partidos, sindicatos, patronal, interés y dinero. Mientras todo aquello no se haga, esto último seguirá ocurriendo y Estado, políticos, poder y dinero se seguirán autocomplaciendo. Entretanto, los españoles, sin libertad política, nos seguiremos hundiendo, paralizados en el sinvivir que es sobrevivir superviviendo. Lo que urge, lo urgente, se llama libertad y se apellida responsabilidad constituyente.