Una vez pasado el luto por los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA), y después de secarnos las lágrimas del óbito, recordé el capítulo “¿Galgos o podencos?” de Jaime Requeijo (dentro de la obra colectiva “Lo que hay que hacer con urgencia”, Actas 2011) en el que reflexiona sobre los dos problemas que, a su entender, requieren la atención más urgente: el desempleo y el endeudamiento de las administraciones públicas. Hoy vamos a dar una pequeña pincelada sobre el primero. Observamos cómo la economía española vuelve a enfrentarse a una situación en el que el número de personas que viven de las administraciones públicas supera a las que viven del sector privado (el “síndrome inglés”, expresión tomada del trabajo de R. Bacon y W. Eltis sobre los problemas de la economía de Gran Bretaña). Al poner números actuales a este razonamiento, la imagen dibujada queda así: Este cuadro es un síntoma de la grave situación actual de España: los ocupados del sector privado cargan con el peso de toda la sociedad. Si pensamos que España es una sociedad nacional de 47 millones de habitantes, en la que 38,5 millones de personas tienen más de 16 años, nos damos cuenta que esta situación no puede perdurar durante mucho tiempo, porque, de lo contrario, podemos acabar como los antiguos países del Este europeo (en tiempos del “telón de acero”): camino a la perdición.