Patio de Córdoba (foto: Dolores María Macías Naranjo, a través de Wikimedia Commons) Parados en los Patios de Córdoba El fin de semana previo a la festividad de Todos los Santos, los periódicos locales anunciaban que Córdoba posee, después de Almería, la mayor tasa de desempleo del país, con un 34% de la población activa 1, 2. Casi más de doce puntos porcentuales por encima de la media nacional. Dudoso honor para una ciudad que ha intentado optar a la capitalidad cultural de 2016. Las portadas del día siguiente, domingo, se dedicaban a los esfuerzos que va a realizar el ayuntamiento para que se habiliten más patios durante la festividad que se celebra en mayo 3, y al peligro de que se reduzca el turismo por la masificación de los mismos 4. Todo ello a consecuencia de que “peligra” la declaración de los Patios por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad 5. Toda una declaración de intenciones de lo que nuestros irrepresentantes en el ayuntamiento tienen pensado para aumentar el empleo en Córdoba: fomentar el turismo. Vivir de las rentas culturales de Séneca, Averroes y otros grandes cordobeses del pasado, pero no generar ninguno nuevo. Terminada la euforia de la construcción y la platería, encarnadas en la figura del tristemente famoso Rafael Gómez “Sandokán” (ahora portavoz de la segunda fuerza política en el ayuntamiento e imputado en la trama “Malaya” 6) toca volcar los esfuerzos en otra actividad que genere rápidos ingresos, empleo precario, y demande escasa formación y proyección de futuro. El cambio de los collares de los canes reunidos en el consistorio no ha servido para mejorar la situación, antes al contrario, ha introducido a los raposos para que cuiden de las gallinas 7. Y es que, desde que comenzaron los problemas con la empresa cordobesa por excelencia, Cajasur 8, parece que la ciudad no levanta cabeza. Aunque si uno consulta la entrada de la Wikipedia sobre Córdoba, no resulta tan extraño el cariz que están tomando los acontecimientos en la antigua ciudad califal, ya que la sección de “Economía” apenas ocupa cuatro líneas (compárese, por ejemplo, con la Córdoba mexicana). Ante este panorama, no puedo evitar que acudan a mi cabeza las palabras de García Lorca: “Córdoba. Lejana y sola”. Y ahora, más que nunca.