Al pie de los molinos moteños. Asomado a este balcón de la mancha, no es difícil imaginar a Sancho y a Don Quijote. Dos locos soñando cambiar el mundo.   ¿No lo sentís? viajan a nuestro lado. Uno nos anima a ir desfaciendo entuertos y el otro va poniendo algo de realidad en nuestro deseo ardiente de libertad.   Durante estos días de marcha he descubierto el secreto que tenían los dos amigos. La razón que les hacía caminar juntos. Ambos buscaban ser los dueños de sus vidas. Los dos experimentaron que luchar por sus sueños les hacía libres, y esa sensación es el elixir que renueva el alma y la conciencia. Sensación que embriaga y alimenta. Que hace sentirse VIVO con mayúsculas. No vivimos en un país libre, pero atrevernos a luchar por nuestro futuro nos hace libres en el presente. Como el esclavo que cuando empieza a quitarse sus cadenas siente el renacer de su libertad.   Los moteños han fundado también hoy su propia asamblea. Esta marcha funciona como una escuela de libertad. Mañana nos esperan en Quintanar de la Orden, que han enviado hoy una avanzadilla hasta aquí para informarnos de que ya lo tienen todo preparado todo para nuestra llegada. Lo mismo que ayer hicieron estos moteños que vinieron a Las Pedroñeras.   A la sombra de la libertad La asamblea interna de la marcha está debatiendo las propuestas que se lanzan tanto aquí como en el resto de marchas, a través de intermarchas, como posibles lemas de la manifestación. No hay nada definitivo todavía, ni lo habrá hasta la última semana, pero la Libertad Constituyente es una opción bien posicionada, o sea, en la picota. La marcha tiene un representante portavoz que es el que contacta con intermarchas y comunica en ambos sentidos las propuestas.