Hoy la acampada itinerante en ruta del este hacia Madrid ha llegado a la importante localidad de Játiva. La bondad espontánea de la gente llana es acongojante: una señora esperaba a la entrada del pueblo, motu propio, con zumo de naranja para todos los caminantes. Se nos ha cedido el pabellón polideportivo para pernoctar y hacer las comidas. Aunque hay alguna tirantez, esperable en cualquier convivencia con desconocidos con poco equipaje, la logística está funcionando y al menos hambre no se pasa, aunque el calor sea ya considerable a estas alturas de junio. A las cinco se ha celebrado la asamblea interna de la marcha en la que se han planificado las actividades de por la tarde. En tropel hemos salido hacia el centro coreando consignas tras la pancarta “15M en marcha”: “lo llaman democracia y no lo es”, “es una dictadura y lo sabeis” o algunas regionales como “el president, a Picasent”, haciendo referencia a la prisión. Durante el recorrido se han repartido panfletos del MCRC por las terrazas a la voz de “información para conquistar la democracia que no tenemos”. A las siete hemos llegado a la plaza. No era la del Ayuntamiento de Játiva porque había algún tipo de fiesta popular con gigantes y quizá también cabezudos y la muchedumbre se agolpaba a lo largo del recorrido festero. Para ellos sólo hemos podido pasar desapercibidos. Comenzamos la asamblea con muy poco público, en una plaza pequeña, pero lo cierto es que de tamaño apropiado para los sesenta locos presentes. Primera asamblea en Játiva Tras la retahíla de intervenciones una voz espeta a la asamblea con el altavoz: que levante la mano el que piense que hay democracia. Ni una. Me reafirmo en lo de decir que allí había unas decenas de locos. Entonces, continúa el altavoz, sabiendo que no hay democracia, ¿qué vamos a pedir a los dictadores? Lo que tenemos que hacer es quitarlos. De lo que se trata es de conquistar la libertad, no de pedirla. Para que todo lo que hagamos sea relevante, no un simple paseo hasta Madrid, aunque se convierta en multitudinario. A la vuelta, recorriendo el camino inverso, hemos vuelto a repartir panfletos a los paseantes de domingo por la tarde, a la misma voz de “información para conquistar la democracia”, todos a Madrid.