Spain or not Spain, that is the question (foto: movimente) La muerte no existe A Fernando Claramunt Existe la lucha y el arte. El torero, torero torero, y el toro, toro bravo (quiero decir, el hombre y la vida). Y tal como se tiraba “Frascuelo” en la suerte final así nos vivimos los españoles cabales: elegantes, cual Rafael Moreno “Lagartijo”, en la permanente agonía impolítica que, sin embargo, no destruye totalmente la fe en la libertad política; filosóficos, cual Séneca, en la propia latina lengua castellana y en la literatura universal cervantina; conquistadores y amantes (románticos antes del “romanticismo”) como El Gran Capitán; espontáneos, eternamente jóvenes siempre lanzándonos al ruedo de la generosidad y la libertad; comunitarios y festivos como Juan Jacobo, ya que solamente cederemos nuestros derechos a nuestra comunidad hispana, permaneciendo tan libres como antes, -por eso también las corridas de toros son la fiesta nacional. “Fiesta” porque somos una comunidad, “nacional” porque somos hombres cabales, que tenemos presentes a nuestros progenitores y lo que hicieron por nuestra España. Así, con Miguel Hernández decimos a la nación: “Despierta, toro: esgrime, desencadena, víbrate. Levanta, toro: truena, toro, abalánzate. Atorbellínate, toro: revuélvete. Sálvate, denso toro de emoción y de España”.