Sin prójimos (foto: aj1328)   España no es cristiana   Partiendo del siguiente texto extraído de Works of Love de Kierkegaard: "El objeto tanto del amor erótico como de la amistad posee un sustantivo preferido, 'el amado', 'el amigo' quien es amado en contraposición al resto del mundo. La doctrina Cristiana, por contra, consiste en amar al vecino, amar a toda la raza humana, a todas las personas, incluso al enemigo, y no hacer excepciones, ni de preferencia ni de aversión."   Y extrayendo de las sagradas escrituras el mandato divino de amar al vecino, podemos concluir que la cristiandad en España está en serio retroceso, no por los inmigrantes islámicos, sino por la proliferación de nacionalismos que buscan la diferenciación para obtener réditos merecidos por la naturaleza de su origen particular, y no por el mérito de su esfuerzo, llegando a degradar al vecino, por usurpador, charnego, polaco, maketo y demás. Este leimotiv político es puramente español y define la historia del pasado siglo. En Italia se concreta todavía de forma más local en el llamado campanelismo, donde cada campanario hace repicar sus campanas con afinación distinta de acuerdo con   la   población   a    la   que   pertenezcan- compitiendo así por llegar al cielo de forma distinta y a la tierra política de forma preferencial.   Tampoco puede definirse Europa como cristiana, pues su origen y su dinámica es la del nacionalismo más atroz y más religioso a su vez, sin haber encontrado todavía la fraternidad en la libertad política de los pueblos que se unen voluntariamente bajo una Constitución que constituya el nuevo poder con forma democrática.   La dinámica de la acción-reacción entre nacionalismos, o la expansión, extensión y uniformidad contrarias, y la envidia de Estado, no han sido superadas por el amor a las pequeñas particularidades del otro haciéndolas formar parte natural de todos. En la monarquía de partidos salida de la transición, la dinámica interna del partido, en el que la disputa por el poder no es dirimida de forma democrática por el cuerpo electoral, cada gallo busca su gallinero, incluso aprendiendo a cacarear en lengua extraña, para poder seguir medrando y enfrentando a los españoles entre sí y otorgándose mini Estados ineficientes y corruptos que expoliar.

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