Antes de la salida de la luna (foto: Computer Science Geek) Supramor Mi huella se desintegra en las estrellas; es meteoro, arena de pez, golpe de flecha. Imagen dimensional en adicción a ancestrales formas, aire al recorrer árboles con smog y lagunas sin espíritu Pupila que abre el acero martillo al desentrañar la roca, rastrea el agua tranquila del onceavo universo paralelo. Un cuento infantil sonríe en el relato de la sombra, cuenta la farsa al quemarse el trigo y el niño duerme pensando que sueña. Busca en los prados verdes tu ondulante cartografía de nube, nuevo elemento rumbo a la fusión del guerrero. El planeta es antípoda al seducir el oído; arpegio en voz de río seco, hermosa juventud en longeva indiferencia y la carne no cesa de acumular cuentas sin brillo El ojo sabio está casi ciego cansado de entonar canto fraterno…… Invoca en la mirada del asfalto; luciérnaga en oscuridad acuosa enciende fogata con leña de paria y posee el papel de la madera. Se asoma época de renovación, pregunto, si habrá regreso, antes que la amapola transmute a espiral de lirio y apague el sol en desierto de auroras. La ventana a diario es más estrecha barrotes de enredadera y hierba crecen, en breve osamenta un filamento luminoso pelea en trinchera con la niebla. La añeja guarida es cuarzo visual y pulsar marítimo en ascética función de senderos al paraíso. Alojada al caracol, retengo la bitácora de cruces sin inhumar en Oaxaca, Chiapas acuña prisión, selva entre hermanos. El reloj marca horizonte en agonía que caza el tiempo humano y bajo el espejismo del big-bang el borde de tus dedos es el inicio. (Del poemario “A Bastas Estaciones” 2009)