La aceleración de la revolución industrial y la expansión colonial forjan en el siglo XIX la división fundamental del mundo. La mecanización generó un considerable aumento de la productividad, o sea, una riada de manufacturas cuyo coste de producción disminuía permanentemente. Por otro lado, la dominación europea provoca la interrupción de una incipiente industrialización en la India y China, es decir, la casi completa desaparición de las manufacturas artesanales en la primera, y su importante disminución en la segunda. Los términos de intercambio global eran impuestos por las metrópolis coloniales. La competencia en los grandes mercados asiáticos se desarrollaba en el marco de un "libre cambio" que consistía en abrir las fronteras a los productos europeos, sin contrapartida. El crítico más lúcido de las relaciones de producción decimonónicas proclamaba que, al igual que las máquinas y el crédito, la esclavitud era una categoría económica de la mayor importancia. Sin ella no se hubiera recolectado el algodón necesario ni puesto las bases de la industria moderna. Además, la esclavitud ha dado su valor a unas colonias sin las cuales no se hubiera creado el comercio universal. Los modernos, dictaminaba Marx, han sabido disfrazar la esclavitud en su propio país, pero la han impuesto sin disfraz al Nuevo Mundo. Las ondas emancipadoras de la Revolución Francesa llegaron hasta las Antillas (como reflejó el cubano Alejo Carpentier en su novela "El siglo de las luces"). A la vista de su desarrollo histórico, el singular proceso de la abolición de la esclavitud y la temprana conquista de su independencia no han impulsado ni lo más mínimo a Haití, condenada al marasmo político, a la pobreza más atroz, y a la devastadora fuerza de la Naturaleza. A pesar de la sobreabundancia de informaciones e imágenes, resulta inconcebible la magnitud del horror y la desesperación que asolan ese territorio "maldito". Los efectos del terremoto, que motivan la urgencia del envío masivo de ayuda y la organización de su reparto, debería ocasionar también en los conmovidos ojos occidentales -en aras de la "reconstrucción"- una mirada reflexiva sobre las causas políticas y económicas de la permanente catástrofe en la que ha estado sumida Haití. "A pure theory of democracy" Publicada la traducción inglesa de "Frente a la gran mentira"