Como respuesta a las peticiones de los candidatos defraudados en las elecciones, el Consejo de Guardianes ha rechazado toda posibilidad de anulación de los resultados electorales. Su portavoz dijo en la TV que no hay evidencia de fraude considerable. Si en lugar de la cifra de tres millones de votos falsos, reconocida por el Consejo, se hubiera dado el porcentaje, tendría lógica matemática, sin moralidad política, que los comicios no se anulen, dada la mayor diferencia en millones de votos dados al ganador. Pero como ha sido el resultado de un muestreo en el 10 % de las urnas, se puede sostener que el fraude se aproximó a 30 millones de votos. Lo cual obliga bajo todos los puntos de vista, incluso los del Régimen, a repetir las elecciones. Pero la acción- reacción sigue su fatal dialéctica. Pese a la brutal represión y continuos arrestos, miles de personas protestaron de nuevo y se manifestaron en memoria honrosa de Neda Agha Soltan, la joven que el pasado sábado se desangró hasta morir ante su padre, convertida en mártir y símbolo de la rebelión. Por otro lado ya se sabe que todos los candidatos defraudados están en el mismo bloque opositor liderado por Musaví, quien ha vuelto a decir que “no estamos contra el sagrado sistema, sino contra las mentiras y el fraude, y que buscamos una reforma que nos devuelva a los fundamentos puros de la República Islámica. Queremos defender el sistema del abuso de unos pocos que se lo han apropiado”. Palabras obligadas de prudencia que no desvirtúan el significado objetivo de unos hechos amparados en la sagrada figura del fundador Jomeini pero dotados de trascendencia rupturista. Ya se sabe también que el rival de Jamenei, el ex presidente Rafsanyani –con cinco familiares detenidos- ha estado en la ciudad santa de Quom para conseguir el respaldo de los grandes ayatolás. La mayoría de ellos aún no se han pronunciado, pero los que lo han hecho critican abiertamente la respuesta del gobierno a las protestas civiles. Si obtuviera el apoyo de esa mayoría, la Asamblea de Expertos, presidida por Rafsanyani, tiene potestad legal para deponer a Jamenei. Ese parece ser el punto crucíal de la inmediata batalla por el poder. Para no perjudicar la acción opositora que está urdiendo Rafsanyani dentro del sistema, la página web de Musaví ha desmentido que haya declarado estar dispuesto al martirio. Sin estar divididas las fuerzas armadas, este parece ser el camino más corto y menos sangriento para deponer a Jamenei y Ahmadineyad, y cambiar la ley electoral, si no concurren en el movimiento de rebeldía otras fuerzas laicas que de momento no dan signos de presencia. florilegio "Los acontecimientos, no las palabras de los actores, deciden la historia."