Después del reclutamiento ministerial de González-Sinde, el renombrado director de “El día de la Bestia” se ha impuesto la titánica tarea de “aumentar el respeto por el cine español” y –como Florentino Pérez con el Real Madrid, ante un victorioso Barcelona- “colocarlo donde se merece”. Alex de la Iglesia aspira a que nuestras películas se vean, y tengan, además, la mayor repercusión posible; y señala que abundan los “datos falsos” acerca de las subvenciones al séptimo arte nacional, que “no vive de las ayudas”: de momento, la nueva ministra las ha aumentado en 8.600.000 euros, destinados a guionistas, y al rodaje de cortos y largometrajes. El nuevo presidente de la Academia de Cine intentará disuadir a los internautas de la costumbre de bajarse películas: un “robo” que perjudica a sus colegas y amigos, y hasta les hace perder sus puestos de trabajo. Y precisamente uno de los directores, reconocidos en todo el mundo, que don Alex quisiera reintroducir en la Academia, se ha lamentado de la “hostilidad” del crítico cinematográfico de “El País”, Carlos Boyero, y de Borja Hermoso, jefe de la sección cultural, llegando a presionar al director de este periódico para que estos “indeseables” se mantengan al margen de la consideración de una obra que roza permanentemente la genialidad, si hiciéramos caso de buena parte de la prensa mundial. Desde “El País” recuerdan cómo han promocionado y alabado en miles de páginas el cine almodovariano: unas críticas aisladas no pueden oscurecer semejante trayectoria. Por su parte, la ministra González-Sinde, en su primera comparecencia en el Congreso, se ha sumado al disgusto de Almodóvar por la “crítica simple y destructiva” contra nuestro cine, que sufre una “descalificación general” que resultaría inconcebible en el terreno del deporte, la música, la “alta investigación” o la “prestigiosa cocina” de España. Doña Ángeles cree que la industria cinematográfica nacional podrá remontar el vuelo si es tratada con una “verdadera política de Estado, al margen de todo color y toda ideología política”. Y con ese fin, ha solicitado la “complicidad” de todos los diputados. De todas maneras, con la aquiescencia de Zapatero, basta. hechos significativos De las 25 jóvenes que tenía previsto incluir en sus listas, Berlusconi sólo presenta a tres, que “tienen una carrera”, y por supuesto, “un rostro bellísimo”. Rosa Díez confirma que Zapatero quisiera parecerse a Obama, pero que el color de la piel, ente otras cosas, se lo impide.