Mayo del 68, the remake (foto: Chema Concellon) El deleite en el arte es raro, y sus variaciones infinitas. De ahí que uno de los más grandes poetas, filósofos y críticos literarios del siglo pasado, Maurice Blanchot, escribiese páginas tan sugerentes no ya acerca de la creación en sí, que las tiene memorables, sino acerca de la relación de afinidad existente entre creadores. El atractivo de su opúsculo La Comunidad Inconfesable incrementa cuando sabemos que apenas se conoce nada de su propia vida, aunque sus trabajos (y amistad) fueran de decisiva influencia sobre Bataille, Levinas y Derrida. El vínculo entre poetas y obras poéticas es extraño, viene a decirnos Blanchot. No se deja atrapar por descripción alguna que pase de la mera insinuación. En él se dan cita lo más personal y absoluto, y lo más impersonal y común. Éste es el secreto (abierto) de toda literatura.   A partir de este mundo más hechizante que racional, Blanchot pasa a discutir los sucesos de mayo del 68. Lo que más le llama la atención es lo súbito de su aparición en el escenario, lo silencioso y mágicamente acorde de su vaga y breve consumación. Es como si, casi sin saberlo y sin previo acuerdo, aunque a la vez sabiendo demasiado bien su sentido, cierto número de personas salieron a la calle para protestar por todo y por nada. Quieren mejorarlo todo, pero al tiempo dejarlo todo como está. Y el movimiento se desvanece.   Es posible que hubiese mucho de esto en aquel levantamiento. Pero cuando se entiende mayo del 68 sólo como un fenómeno poético, se le despoja de su potencial valor político, y se encubren las causas de lo que, políticamente hablando, debe considerarse un fracaso, aunque poéticamente fuese bello. El tono marxista y progre del 68 francés se distingue de su equivalente estadounidense, más jovial y culturalmente más revolucionario y libre, con implicaciones políticas y sociales más decisivas.   El mayo del 68 se queda en mera anécdota, vitalidad atascada entre las viejas estructuras políticas europeas, que ni el marxismo ni nadie entonces fuera de él había analizado con corrección. Sólo el tiempo dirá si debido a complejísimos e invisibles procesos, eso mágico de un gran movimiento social surgirá de nuevo en la vieja Europa para conquistar la libertad política.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí