El modelo de federación fiscal, defendido por la dirección fascista de la Liga Norte para favorecer a las regiones más prósperas de Italia, inspira el proyecto de financiación autonómica que el Presidente de la Generalitat y jefe del Partido Socialista de Cataluña (PSC), don José Montilla, apoyado por el gobierno balear, quiere introducir en España, mediante pertinentes acuerdos con las Autonomías más ricas regidas por el PP. Una de ellas, la valenciana, lo acepta en principio. En contra de esta iniciativa se han manifestado los Presidentes de las Autonomías de Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía, Aragón, Galicia y Asturias. El Gobierno de Zapatero ha previsto reunirse con todos ellos para llegar a una fórmula constitucional y socialista dentro del PSOE, antes de proponerla al Partido Popular. No se sabe cómo una fórmula socialista, o “muy socialista”, como dice el Sr. Barreda, Presidente de Castilla La Mancha, podrá ser aceptada por el PP. La iniciativa federalista de Montilla implica la adopción de dos medidas preliminares al acuerdo de financiación autonómica: que se hagan públicas las balanzas fiscales, para demostrar que Cataluña aporta más que recibe, justificando así su aspiración a un modelo como el del cupo vasco; y que el Fondo estatal de Suficiencia compensatoria se limite a Sanidad, Educación y Servicios Sociales, para excluir del mismo las diversidades existentes en infraestructuras y recursos económicos, despreciando la desigualdad regional en la renta per cápita, la extensión territorial y la orografía. La pretensión de un federalismo fiscal y financiero pone de relieve que el sistema autonómico, impuesto por el Poder central del Estado, para colocar en puestos de mando y de enriquecimiento a los subalternos de la clase politica surgida del franquismo, no tiende por su propia naturaleza a la unión politica de los gobernados, ni a la unidad territorial de España, sino a la insolidaridad de unas regiones respecto de otras y a la desigualdad de los derechos individuales y sociales de los españoles. Más que el Plan Ibarreche de consultar al pueblo vasco sobre el derecho a decidir su futuro (eufemismo de autodeterminación), la financiación regional será el centro de gravedad de los conflictos que jalonen la legislatura del PSOE. florilegio "Todo lo que comienza como autonomía regional descentralizada, sin ser impulsado por la libertad de todos los gobernados, ni controlado por la representación política de la sociedad civil, seguirá su curso objetivo hacia el autogobierno, hasta que termine implantando de modo subrepticio, y de hecho, un Estado de funcionamiento y de estructura confederal."