Queridos repúblicos, lectores del Diario y amigos de Radio Libertad Constituyente:
A lo largo de los últimos años y, sobre todo, durante los actuales tiempos de crisis, millones de españoles honrados y empobrecidos contemplan horrorizados los abusos que perpetra una clase política ‒desprovista de freno o autocontrol alguno–, por medio de unos gobiernos cada vez más enloquecidos, si es que puede llamarse así a los zafios y descarados equipos de individuos –señoras y señores– reclutados entre lo más selecto de la paniaguada burocracia que milita en las filas de los partidos y sindicatos estatales.
Si el comportamiento de la clase política en tiempos de bonanza económica fue detestable y escandaloso por su irresponsable inmoralidad, en los actuales tiempos de escasez, su modo de proceder puede calificarse de desleal, ciego, loco y suicida.
Antes de renunciar a uno solo de sus privilegios o negocios ilegítimos, la clase política de esta Monarquía de partidos está dispuesta a llevar a la más completa quiebra económica al Estado (el central, los autonómicos y los municipales) y a la total ruina moral y política a la nación española.
Si hubiera que elegir un solo término para definir la esencia y el modo de gobernar de la oligarquía reinante de partidos y sindicatos estatales, creo que el que mejor le convendría es el de corrupción, ya que la ineptitud de la que hacen gala para procurar el bien común no es sino una consecuencia directa de la primera.
Desde la jefatura del Estado, pasando por todos sus miembros y órganos –partidos, sindicatos, gobiernos, parlamentos, ayuntamientos y todo tipo de entes públicos de viejo, nuevo e irregular cuño–, la acción cancerígena de la clase política no solo ha devorado al propio Estado, sino que ha metastatizado, avasallando y corrompiendo, mediante su incontrolada potencia patológica, es decir, su soberbia prepotencia, a la mayor parte de la sociedad civil española, que no ha querido, o no ha sabido resistirse.
Durante los últimos meses, la cantidad y la creciente ordinariez de los casos de corrupción, que continúan anegando la sociedad española y amenazan con destruirla, es tan enorme, que la sucia marea que inunda todas las sucursales del poder y la propia sociedad, ha rebasado los diques de contención de la hipocresía social de lo políticamente correcto, de manera que se ha abierto paso en nuestro país la convicción de que es absolutamente necesario e imprescindible someter a un verdadero proceso moral a una clase política que debe ser apartada cuanto antes del poder, si deseamos que es España pueda sobrevivirla.
Muy principalmente, la corrupción dentro de la Casa Real y en la Jefatura del Estado, está siendo enjuiciada públicamente sin la autocensura que es habitual en los medios de comunicación oficiales, estatales y paraestatales y, abiertamente, en la mayoría de los medios de propiedad privada que actúan en la Red.
En nuestro programa de hoy trataremos de la valiente iniciativa de uno de los líderes más destacados de nuestro movimiento político, el Movimiento Ciudadano hacia de la República Constitucional, don José Luís Escobar, repúblico y abogado, que ha redactado una denuncia contra el rey don Juan Carlos a propósito de uno de los últimos y escandalosos sucesos que salpican últimamente a su figura.
Dedicaremos el programa de hoy a tratar de este asunto, a estudiar el valor y la oportunidad de la denuncia, así como la ocasión que se presenta para extender la acción intelectual, moral y política del MCRC, en favor de un período de libertad constituyente y una forma de Estado y de gobierno republicana y democrática, por todos los rincones de una España necesitada de salvación política.
Para ello contaremos con la presencia de José Luís Escobar y Jesús Santaella, a los que acompañamos en el estudio Lorenzo Alonso, Jesús Murciego y quien firma este artículo.
Por José María Aguilar Ortiz
Madrid, 5 de mayo de 2012