HELIODORO RODRIGUEZ MEDINA
Estoy un poco harto de la ola “buenrollista” y abraza árboles que pulula por esta España nuestra. Entre los postulados míticos de Pablemos hasta la fe depositada en promesas banales y demagógicas, el resultado de este conjunto se extiende como un virus del “como sí”, el “todo vale” y el relativismo.
La llevamos clara.Ahora “la gente”, concepto subjetivo donde los haya, que no es sólo “conjunto de personas” sino “la masa” es lo que se arguye para decidir por los demás. Los conceptos abstractos repetidos una y mil veces para la posesión de estos en discursos con la pretensión de apropiarse de lo que implica son claramente manipuladores de sentimientos y esperanzas.
“Queremos que la gente quiera” eso sí, olvidándose de lo más fundamental, la Libertad Política.
El concepto “la gente” cala hasta un punto en el que ya hay una identificación con el mensaje del propio y una reacción de rechazo acerca de lo que el líder dicta.
Si “la gente somos nosotros”, si “la gente somos todos”, cuando dicen “la gente” implica pensar como ellos.
De nuevo, el concepto está sujeto a consenso.¿Cómo estar en contra de la gente?
Los de Pablemos ya utilizan un lenguaje aglutinador y generalizador, extendiendo lo que es personal, el pensamiento.
A las personas que queremos ser libres, a las personas que queremos libertad política, no nos queda más remedio que agudizar el pensamiento, el ingenio, para no sucumbir ante el falso aliento, lo persuasivo del salvador de turno, ante el querer sentar cátedra por fe del nuevo evangelio de Pablo, las nuevas Iglesias.
Estoy teniendo mucho cuidado, estoy atento ante este nuevo experimento de masas, no me creo nada, tengo otro tipo de certeza, que no hay Libertad Política y, como dijo Don Antonio García-Trevijano, cuando le preguntaron en Cadena Ser qué es lo que nos depararía próximamente; respondió que un aumento de partidos demagogos de Democracia Material. Algo cierto que ya empezamos a ver.
Cuidado con el abraza árboles de turno, con las promesas de mejoras sociales porque lo que se esconde detrás es que una ideología tenga su porción de tarta Estatal sin que se procure en momento alguno ni Representación ni Separación de Poderes.