ROBERTO C. INSUA.
Reemplazadas las democracias por pseudo políticos que han difundido la globafascistización corporatocrata, avalada por las esferas de los poderes económicos y vinculados a cargos directivos de las grandes empresas, han emergido las nuevas dictaduras que tienen por objetivo extinguir los derechos legítimos y la conciencia lúcida.
Administradores íntimamente relacionados con las grandes corporaciones aparentando democracia han violando la esencia de esta superando a la tecnocracia estatal complicada y deshumanizada, alcanzando el poder mundial en todas las escalas y desarrollando sus ambiciones desmedidas, han conseguido ejecutar su plan detestable contra las civilizaciones; desvinculándose de los daños que producen, de sus obligaciones éticas con el entorno vital y con los que sufren la miseria y/o la explotación.
Los dirigentes que sientan su permanencia legislando en beneficio propio y a los que se suman lobbies a los cuales les han transferido el poder regulador de los derechos sociales, han incrementando el sistema de renta oligopólica. El enriquecimiento financiero de los gestores acrecienta propuestas autoritarias que establecen el caciquismo con programas homogéneos y excluyentes sostenidos por la manipulación hacia los ciudadanos pasivos que toleran y gritan con su silencio en contra de la justicia social.
Cuando las personas tienen la esperanza de que las cosas cambian por generación espontánea y disimulan la verdad, son reducidos sus derechos y estos se degeneran en por las sociedades controladas por la plutocracia, el poder omnímodo y la amalgama de asociaciones públicas y privadas.
La acción fraudulenta en la que impera la corrupción, la pésima administración de los recursos y la estrategia de desmoralización ciudadana, han elevando el número de personas que tienen miedo a perder lo poco que les queda y siguen sin creen en el poder que tiene la ciudadanía en la lucha de los derechos sociales. Si superan los sentimientos negativos que les generan los gobiernos, se liberan de la egoísta miserable condición humana que les esclaviza y actúan con honestidad e integridad, podremos, sin duda, regenerar la sociedad.