ROBERTO CENTENO
“Jamás habrá un ‘banco malo’ en España”, afirmó Rajoy a principios de 2012. Pero la verdad en España es justo lo contrario de lo que aseguraba Rajoy, y sí hay ‘banco malo’, pero no como en otros países donde, por ejemplo, en Alemania los bancos entregan activos tóxicos a riguroso precio de mercado y están obligados a incrementar el crédito a las familias por el equivalente del dinero recibido. Aquí, aparte de robarnos comprando por encima de mercado, reducen el crédito a familias y pymes y nos cobran los intereses y los servicios más altos de Europa.
El ‘banco malo’ es un mastodonte denominado Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), que se ha constituido con un delito de fraude de ley, para socializar las pérdidas derivadas de la desastrosa gestión y la corrupción generalizada del sector financiero y que no sea computable como deuda. Fraude de ley porque financiándose en un 95,5% con dinero público, se monta una farsa indigna de un Gobierno serio para darle forma de sociedad privada que aporta sólo el 4,5% del total, y burlar así una normativa europea vigente en España, para que el dinero despilfarrado no sea computable como deuda.
Expolio, porque se han adquirido los activos por encima de mercado. Europa cree que los pisos traspasados a Sareb deben venderse con un descuento del 75%, frente al 54% aplicado, lo que equivaldría a una pérdida de dinero público de casi el 50%. A los préstamos a promotores les han aplicado un descuento medio del 45,6%, y los bancos habrían brindado con champagne si los hubiesen vendido con descuentos del 80%. Estos desalmados que nos gobiernan se negaron a hacer lo que en el resto del mundo: cerrar las entidades inviables, y además, también al contrario que el resto del mundo y en contra de lo que afirmaron una y otra vez, el coste está recayendo sobre los contribuyentes.
Caos total. El personal, desde la presidenta, Belén Romana, que no tiene ni idea del tema, hasta el conserje pasando por los directivos ha sido nombrado a dedo, en un caso de nepotismo impensable en un país civilizado. Como era de esperar con este hatajo de enchufados ignorantes, la estructura de decisiones y autorizaciones es un caos total, pero es que hasta en el mismo desarrollo administrativo de las operaciones que se cierran la desorganización es absoluta. Y lo que ya es el colmo: como no tienen ni idea de qué va el tema, para vender promociones están contratando con dinero público a los mismos sinvergüenzas que arruinaron estos proyectos, y además están dilapidando cantidades enormes contratando asesorías y servicios de terceros, en condiciones de falta absoluta de transparencia.
El inaudito coste de la reestructuración bancaria
Antes del robo del rescate de los 100.000 millones de euros que se utilizaría como excusa para crear Sareb, se había puesto en marcha la reestructuración bancaria más desastrosa de Occidente: se ha ocultado, se ha engañado, se han falsificado balances, todo con la ayuda del BdE, se ha mentido sin límite a los ciudadanos y, lo peor, a día de hoy la factura es la mayor del mundo occidental, ¡271.539 millones de euros* o el 26,3% del PIB! Además, se han perdido de momento 45.000 millones de euros, 9.000 en CCM y FAAF y 36.000 reconocidos por FROB, algo que no ha sucedido en ningún otro país. Las pérdidas finales van a superar de largo los 100.000 millones. El mayor expolio a un pueblo en toda la historia de Europa.
En países de cultura similar a la española nunca podría suceder tamaña barbarie, porque la moral de la civilización lo impediría. Si aquí hubiera al menos independencia judicial, esta atrocidad sería impensable, porque estos poderosos malhechores estarían en la cárcel. España hoy no es hoy un pueblo civilizado, es un país bárbaro que utiliza los términos empleados por Kant, porque una minoría que se encuentra por encima de la ley es capaz de imponer su inmoralidad enriqueciendo sin freno a una oligarquía política, financiera y monopolista, a costa del empobrecimiento general y la miseria de los colectivos marginados del trabajo.
Y para terminar, el sector bancario sigue al borde del abismo. Según Bank of America/Merrill Lynch en su informe de septiembre, “la morosidad, incluyendo los dudosos activos transferidos a Sareb, asciende a 222.000 millones, o el 21% del PIB, frente al 12% oficial. Pero si incluimos los refinanciados, de los que un 40% son problemáticos, y otros similares, la morosidad potencial es de 350.000 millones o el 34% del PIB”. El FMI acaba de estimar que se necesita ya otra recapitalización de 61.000 millones.
La excusa del MoU
Para la creación del ‘banco malo’ se utilizó como excusa el rescate de 100.000 millones avalado con nuestro dinero. Excusa, porque de las 30 condiciones impuestas en el Memorandum of Understanding (MoU), el Gobierno ha incumplido las que le ha dado la gana, que casualmente son las más importantes. El mandato esencial era que “la entidad adquirirá los activos a valor económico real”, pero Sareb los ha adquirido muy por encima.
Otro mandato fundamental era el de identificar la viabilidad de los bancos y cerrar los inviables. Incumplida en su totalidad. Otra, acometer las reformas estructurales para incrementar la competencia: los monopolios de Repsol, Gas Natural y las eléctricas todavía se están riendo. Y, por supuesto, cumplir los objetivos de déficit; en 2012 se produjo la mayor desviación conocida y este año acabaremos casi en el 8%. El resumen es claro: el ‘banco malo’ se creó para favorecer a lo oligarquía financiera más incompetente y corrupta de Europa y, de paso, colocar a los amigos con sueldos de escándalo. Si no lo hubieran creado, no habría pasado nada.
De cómo Sareb expolia a los españoles
El despilfarro de dinero público por Sareb comenzó el día mismo en que Guindos impuso a Belén Romana como presidenta, que decidió montárselo a todo lujo con el dinero de los españoles. Lo primero fue ponerse un sueldo de 500.000 euros, casi el doble que el de Christine Lagarde, la presidenta del FMI. Esta Sra. no tiene vergüenza, como no la tienen Rajoy ni Guindos, que permiten esta escandalosa provocación cuando Cáritas acaba de denunciar que ya hay tres millones de personas viviendo en condición de extrema pobreza con menos de 300 euros al mes, y el comisario europeo de Derechos Humanos está escandalizado porque la pobreza infantil supera ya el 30%. Son unos auténticos canallas.
La segunda fue alquilar una planta entera en la zona más cara de Madrid, a pesar de que la sociedad posee varias decenas de oficinas en la capital. Y lo tercero contratar a otra docena de enchufados con sueldos obscenos de 150 a 200.000 euros al año, además de coches de lujo, VISA oro sin límite y viajes en primera clase. Como se comenta en medios bancarios, “esta gente va sólo a ponerse sueldazos y a jubilarse en Sareb dentro de 15 años, en condiciones de lujo”.
Lo siguiente fue comprar los activos inmobiliarios invendibles de ocho cajas y bancos que deberían haber sido cerrados según el mandato del MoU porque son inviables. Aunque el memorando exigía comprar los activos a precio de mercado, lo hicieron muy por encima –la vivienda nueva se adquiriría con un descuento del 54%, en un momento en que varios fondos extranjeros compraban en Madrid edificios singulares con descuentos del 80%– y todo con aval del Estado. No solamente nos han arruinado la vida, sino que además ahora tenemos que avalar con nuestro dinero a quienes nos arruinaron. Hasta el momento han comprado los activos más tóxicos del sistema por valor de 55.000 millones de euros en bonos garantizados por el Estado, es decir, por nosotros y por nuestros hijos.
En total unos 200.000 activos inmobiliarios –107.000, de los cuales 76.000 son viviendas– y activos financieros –90.500 préstamos y créditos–, y todos ellos incobrables, pero lo peor estaba por llegar. El Gobierno necesitaba, como ya se ha explicado, para evitar que el dinero despilfarrado por Sareb no figurara como deuda, que la propiedad de Sareb fuera mayoritariamente privada en un 55%, a la que se le ha garantizado una rentabilidad mínima del 15%, y pública en un 45% a través del robo legal del FROB.
Los sueldazos, las oficinas de lujo, el mantenimiento de los activos y los intereses de la deuda supondrán un mínimo de 1.700 millones de euros en 2013, y los ingresos, a pesar de que están vendiendo las ‘joyas de la corona’ de la basura que han comprado, por ejemplo créditos con activos inmobiliarios vinculados, difícilmente superarán los 1.100 millones, por lo que la pérdida en 2013 puede ser de unos 600 millones y no los 47 previstos en el plan redactado por estos indocumentados, lo que obligaría a una ampliación de capital a la que los privados no están dispuestos.
Luego, y como era obvio, el hatajo de enchufados mejor pagado del planeta preparó un ‘Plan de negocios’ que no había por dónde cogerlo, hasta el punto de que el FMI lo ha criticado con dureza porque lo considera una auténtica chapuza. Ante esto, Sareb tuvo que decir públicamente que aunque se cambiara el plan, el 15% a los privados estaba garantizado.
La operación Toro
En la primera ‘gran’ operación –“un éxito rotundo” según los enchufados de lujo– realizada con un fondo buitre, denominada Toro, el fondo HIG Capital ha adquirido 940 inmuebles –los mejores– por 100 millones de euros. Para empezar, el precio medio por inmueble ha sido de 106.000 euros, frente al compromiso de Sareb de venderlos a un precio medio de 125.000 euros, una pérdida a cargo de los españoles del 18% mínimo, y digo mínimo porque no hace falta ser un lince para percatarse de que en esta primera ‘gran’ operación se han quedado con lo menos malo, y los 125.000 euros es el precio medio.
Es decir, Sareb vende en pérdidas –por debajo de objetivo– 940 inmuebles, pero además financia el 40% de los 100 millones a tipos de interés de amigo, y quien compra no es HIG Capital, sino una joint venture al 51% de HIG Capital, o sea que manda, y 49% de Sareb, o sea, que pone el dinero, lo que significa que esta última asumirá el 69,4% de las pérdidas de la operación si fracasa en sus objetivos –40 + 49×60 = 69,4 millones de los 100–, y, si hay ganancias, como HIG pone sólo 30,6 millones –51×60= 30,6 millones de los 100– obtiene un 179% de rentabilidad del capital invertido, recibe el 55% del beneficio, pero sólo ha puesto el 30% del capital –55/30,6 = 179,7%–, lo que para un país crecientemente empobrecido es una infamia inaudita. Después de esta operación, varios fondos se han interesado también, y hay más en marcha. ¡Yo también quiero comprar 1.000 pisos a Sareb!
* Inyecciones de capital, 59.130 millones; esquema de protección de activos, 28.227; adquisición de activos financieros (FAAF), 21.041; Sareb, 52.525; avales del Estado emisión deuda bancaria, 110.616.