El 11 de septiembre se conmemoró la Diada catalana, y con la cadena humana de 400 km los medios de comunicación franceses recogieron la noticia, algunos dedicándoles hasta media página, como Le Monde. Salvo Libéracion y Le Parisien, que no han mencionado dicho evento, el resto de periódicos, tanto de ideología conservadora (La Croix, le Figaro) como de izquierda (L’Humanité) y centro izquierda (Le Monde) sí lo mencionaron, incluso periódicos gratuitos como Directmatin y 20Minutes.
L’Humanité, titula la “demostración de la fuerza catalana” “por la autodeterminación”, señalando la desconfianza entre ERC frente a Artur Mas quien pretende retrasar la consulta a 2016. Tanto Directmatin, 20minutes, le Figaro como Le Monde, titulan “la cadena humana para una Cataluña independiente”, resaltando éste ultimo la comparación, si bien los hechos históricos son diferentes, que se hace con la vía báltica (Estonia, Letonia, Lituania), cuando en 1989 hicieron una cadena para su independencia de la antigua URSS. Igualmente, menciona la desconfianza que para los independentistas le produce Artur Mas que reunido en secreto con Mariano Rajoy, para conseguir más autonomía financiera, podría abandonar la independencia política, y transformar el referéndum en una simple consulta popular, aunque exteriormente el político catalán mantenga un discurso exaltado. Directmatin añade que si Rajoy rechazara la independencia podría aceptarse un referéndum concerniente a la lengua o la economía catalana.
La Croix, ya no habla de independencia sino de reclamación de mayor autonomía política y económica. Menciona la reunión secreta entre Artur Mas y Rajoy, definiendo al primero como un hábil político.
Llama la atención que ninguno de los medios de comunicación hagan hincapié en el porqué de una reunión secreta para tratar un tema tan importante como éste, ya que debería discutirse en el Parlamento español, como supuesto foro de representación de los ciudadanos, y no en pequeños encuentros secretos entre los jefes.
En mi experiencia profesional dentro del sector turístico, aquí en Francia, he constatado un incremento de familias españolas de origen catalán o vasco, en los que los padres hablan correctamente español, y sin embargo los niños de 7 años no lo entienden ni lo hablan. Sus padres estaban orgullosos que hablen catalán o vasco, lengua materna, y como primera lengua extranjera el inglés, y como segunda el español. Estos niños no tienen ni han tenido la libertad de elegir el uso de una lengua u otra, cosa que sus padres y políticos sí pudieron hacerlo de adultos, pues son bilingües. En contraste, la mayoría de las familias portuguesas, que llegan aquí, hablan el español y los niños llegan a entenderlo.
Tanto los padres como los políticos están coartando a una generación de españoles su desarrollo cultural e intelectual privándoles de una lengua que se habla en todo su país que es España, pudiendo encontrarse, ya de adultos, extraños en su propia tierra, la cual no se reduce solo a su región correspondiente.