JOSE MARÍA ALONSO.
Hay toda una corte de tertulianos que atacan el intelecto de los españoles a diario desde todos los canales de televisión y todas las emisoras de radio. Sus opiniones son tan huecas, faltas de contenido y ocultas tras la forma de lugares comunes y frases hechas que sólo buscan la simpatía del súbdito menos inteligente, cuando no su complicidad ideológica, para acabar las más de las veces de acuerdo con sus compañeros de tertulia y de supuesta ideología diferente utilizando sus desgastadas palabras mágicas más habituales para el español más ignorante como el ¨consenso¨, ¨en aras del bien común¨, ¨el interés general¨, ¨nuestra Constitución¨ o ¨la democracia que nos hemos dado¨.
Hablan siempre engolados sobre lo que haga falta, denotando un conocimiento superficial de todo y profundizando en nada, subidos en una columna de supuesta cultura y conocimiento por ostentar el puesto de director de tal periódico o brillante periodista de la transición, a base de no haber dicho jamás la verdad sobre lo que ocurre en España, unos por ignorancia y otros por trepadora conveniencia.
A un ciudadano cauto, que se haya interesado alguna vez por lo político y que sepa que no existe en España separación de poderes por ser escogido el Gobierno que es el Poder Ejecutivo de las filas del los diputados del Congreso que es el Poder Legislativo; que el Consejo General del Poder Judicial está dominado por los partidos a partes iguales y que no existe verdadera representación de los ciudadanos por la lacra de la Ley Electoral con sus listas de partidos y su reparto proporcional de escaños para no dejar que los españoles elijan a una sola persona para que defienda los intereses de su comarca (distrito electoral); a ese ciudadano cauto, digo, no puede darle más que asco intelectual y vergüenza ajena ver a chocheantes cortesanas manteniendo todavía lo beneficiosa que ha sido la Monarquía heredada de Franco por poner un ejemplo, o a afectados anormales y cretinos hablando de ¨democracias avanzadas¨ sin tener ni puñetera idea de que una democracia ni se mide en grados ni puede ser avanzada o atrasada, o es o no es. Y solo lo puede ser con representación y separación de poderes.
