Los banqueros que están siendo encausados por fraudes, quiebras y desfalcos que han hecho saltar en mil pedazos la economia española se acercan ya a los dos centenares, según los calculos que el Grupo RC ha realizado con los casos que está investigando la prensa o que han sido denunciados por asociaciones ciudadanas y de usuarios de banca estafados, particularmente con las denominadas “preferentes”. Hoy han sido noticia los 48 directivos de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) por haberse llevado 15,5 millones y un préstamo de 161 millones al 0%.
Según informa el diario El País, tres días antes de la intervención, la CAM prestó al ejecutivo valenciano 200 millones. También concedió, entre 2004 y 2010, a sus consejeros 161 millones en préstamos blandos, en algunos casos al 0%. “Como ciudadano me estremezco cuando escucho esas indemnizaciones ilógicas y fuera de lugar en estos momentos de crisis”, llegó a decir Alberto Fabra, presidente valenciano. Y es que pocos meses antes de la intervención, López Abad y otros cinco altos directivos de la CAM se acogieron al ERE de la entidad con prejubilaciones que sumaban 15,5 millones, según el expediente disciplinario abierto por el Banco de España en enero a 48 ex-dirigentes. Su sucesora, María Dolores Amorós, se puso un sueldo de 600.000 euros y una pensión vitalicia de 369.497 euros a espaldas de los órganos de control. Amorós fue despedida fulminantemente por el supervisor en septiembre de 2011, entre otros motivos por falsear la contabilidad con artificios financieros. Recurrió a los tribunales y en la vista exigió 10 millones en concepto de lucro cesante. Pero la juez la dejó sin indemnización ni pensión vitalicia. El otro gran protagonista fue el último presidente de la CAM, Modesto Crespo, que no tenía sueldo oficial pero se aseguró una retribución anual de 300.000 euros a través de una filial de CAM, TI Participaciones.
Cuando estalló la burbuja, le alcanzó de lleno. La caja había duplicado su negocio inmobiliario entre 2003 y 2005. Llegó a participar en 66 sociedades y en 104 proyectos del sector. Se vinculó a Polaris, Martinsa, Nozar o al proyecto de El Pocero en Seseña. También saltó el charco. En abril de 2009 compró el 100% de la mexicana Crédito Inmobiliario, donde invirtió casi 300 millones. El proyecto no levantó el vuelo y fue liquidado en junio. Nadie responde por el desaguisado y tampoco se conoce quien se enriqueció con estas operaciones fallidas, porque las Cortes no investigan este asunto, ni en Valencia ni en Madrid. Y los tribunales no dan abasto.